En estos días han empezado las clases en Argentina. Les propongo una serie de cuentos relacionados con esa etapa de nuestras vidas o la de nuestros hijos y nietos. Hoy la primera historia.
Mi mochila tiene hambre, cuando me descuido ella chac, chic, está comiendo. Lo primero que se tragó enterito el primer día de clases fue el lápiz negro con la punta recién sacada. Cuando la señorita nos hizo escribir en el cuaderno elegí el lápiz rojo con una punta muy gruesa, las letras me ocuparon como cinco renglones. No sé porqué puso cara fea la seño, gracias a mi letra no se tuvo que poner los anteojos.
Al segundo día la mochila se entusiasmó con la goma de borrar y tuve que hacerlo con el dedo, ¡hice un agujero descomunal en la hoja, estaba bueno porque miraba a todos los compañeros por ese telescopio de papel! Nos reímos toda la tarde con ese juego que inventé, menos la seño que a la salida pidió hablar con mamá, las dos revoleaban los brazos y mi cuaderno nuevito fue a parar a la cabeza de la mamá de Isabel que dijo:
– ¡Cuidado, me podrían haber matado con este mazacote!
– ¡Mazacote no –se enfureció mamá- es el cuaderno de mi nene!
Se armó una discusión que llegamos casi a la hora de cenar a casa y yo, que no tenía nada que ver, me quedé sin mirar televisión.
Así siguieron las desapariciones de los lápices de colores, algunas fibras… y mamá que gritaba cada vez más:
– ¡No puede ser que a vos te falten siempre las cosas!
– Es la mochila que tiene hambre mamá –trataba de convencerla.
Pero ella me ponía cara de “dejá de mentir Joaquín”.
¡Hasta que un día regresé del recreo y la muy hambrienta se había comido todo!, hasta yo me preocupé ¡y si se empachaba, qué hacía! ¿Hay quién cura el empacho a las mochilas?
La seño empezó a cantar:
– “¡A guardar a guardar cada cosa en su lugar!”
Yo no tenía ni las migas de las galletitas; lo único bueno que la mochila había quedado más limpia que cuando la lava mamá. Sin decir nada hice ademanes como que metía cosas adentro para que la seño no se diera cuenta porque me iba a dejar después de hora, ¡todo porque mi mochila es comilona!
La cuestión empeoró cuando mamá abrió la mochila en casa, puso cara de estar mirando un precipicio. ¡Metió la cabeza adentro y la mochila le quedó de sombrero!, quedaba muy graciosa, por eso me reí, pero ella no lo entendió, se enojó y fui derecho al dormitorio.
Esa noche tuve una seria conversación con mi mochila:
– Yo te elegí entre muchas porque me gustás, pero basta de hacerme esto porque hace tiempo que no puedo mirar ni el noticiero. ¿Qué querés? –le dije con la cara de los grandes cuando te retan.
Entre las dos hallamos la solución a mi problema: todos los recreos la llevo al quiosco, le compro alfajores o chocolatines que le gustan tanto que no probó ni un sacapuntas más.
Ahora estamos felices con mi linda mochila que regresa a casa con su boca bolsillo pintada de helado, embadurnada con caramelos y trozos de chupetines pegados a los costados.
Muy bueno. Muy entretenido.
ResponderEliminarExcelente relato.
Te dejo un abrazo
Hola Gaucho!
ResponderEliminarA mí me dio ganas de hacer lo de Joaquín y su mochila: salir a embadurnarme la cara!
Gracias por tus palabras y por tener la capacidad de leer estos cuentos con los ojos del niño!
ABRAZO!
buena escusa para comprarse chocolates,helados y caramelos nuestros amigo joaquin jajajajaj,si que esta precioso el relato tihada,me ha traido recuerdos de cuando era pequeña y cargaba mi mochila tambien para ir al cole.
ResponderEliminargracias por regalarnos este pedacito de inosencia de la mano de nuestro amigo joaquin.
un abrazo tihada siempre es un gusto pasar por aqui.
¡Me encanta Sony que te traiga recuerdos de tu infancia y que lo puedas leer con aquella misma inocencia que en algún lugar siempre queda!
ResponderEliminarTe doy un beso con bigotes de helado, jaja!
Que historia mas divertida, es un cuento lleno de ternura y fantasía. Me lo voy a copiar, con tu permiso, para leérselo a mis nietos, cuando se queden en casa a dormir, que les encanta los cuentos cuando van a la cama. Besitos de colorines.
ResponderEliminarQue lindo cuento y que lindos recuerdos Tihada!!!
ResponderEliminarSalvo por la mochila, te cuento un secreto pero no lo divulgues, cuando yo era chico no existían las mochilas, sólo unas valijitas de cuero negro o marrón claro!!. Pero me pongo en las piel de los más jóvenes..y me hubiese gustado tener de chico una mochila..sobretodo como la de tu genial cuento...te felicito, está buenísimo!!
Un saludo grande!
Migue
Es lo que yo digo... hasta las mochilas quieren dulcificarse, azucararse y Joaquín hace muy bien en darle el gusto! shhhh... que no me oiga la mamá, jajaja,
ResponderEliminarHermosoooooo!
Abrazosss!
Es muy bonito y entretenido el cuento!!!!Felicitaciones Tihada!!!!
ResponderEliminarBesitos!!!!
Querida Cordobesa me encanta la idea! Te imagino a vos con tus nietos, y ellos quedándose dormidos con este cuento... Después contame qué pasa, qué dijeron tus nietos!Es un gran placer recibir el comentario de los chicos, se les ocurren otras ideas mucho más geniales que las que pueda pensar cualquier adulto y lo dicen con total espontaneidad, sin importar quedar bien o mal.
ResponderEliminarTe puse entre mis enlaces para no llegar tarde al festejo de tu blog como ya me pasó, jeje!
UN ABRAZO PARA VOS Y OTRO PARA TUS NIETOS!
HOLA MIGUE! Estoy en la obligación de contarte otro secreto:¡también tuve esas valijitas, jaja! Pero yo me saqué el gusto, ahora uso mochila!
ResponderEliminarGracias por venir Migue!
Un abrazo grande!
Ummm, qué comentario más dulce Adriana! Me hiciste dar ganas de comer mochilas de chocolate o caramelo, se me ocurre algo así: de tanto comer la mochila es toda de caramelo! Y ahora la comemos a ella ¿te prendés?
ResponderEliminarUn abrazo muy pegajoso!
¡Gracias Ilusión por venir siempre! ¡No te perdés ni una historia amiga y eso me encanta!
ResponderEliminarUn beso que te pinte las mejillas color chocolate!
Me has hecho volver a mi infancia cuando mi abuelo me contaba cuentos antes de echar la siesta. Gracias Tihada, ha sido magnífico, y aunque es la primera vez que te escribo quiero que sepas que te sigo con mucha ilusión...Muchas gracias y un fuertíisimo abrazote
ResponderEliminarjajajjaj es demasiado bieno el cuento, te digo que se parece mucho a la mochila de mi hijo, pero la culpa no es de la mochila si no de el, pierde todo es un despistado terrible, bueno igual que la madre jajajja y ademas es improlijo,
ResponderEliminartiempo al tiempo cuando crezca será igual pero será responsable de sus despistes,
Un abrazo y felicitaciones me encanto, se lo voy a leer para que tenga una excusa perfecta con sus perdidas constantes.
HOLA LOLA!
ResponderEliminar¡Qué bueno que el cuento te trajo recuerdos! Ah, la siesta ¿quién quería descansar?¡Y que no se pierdan las historias antes de irnos a dormir!
Gracias por dejar un mensaje, me encanta saber quién anda por acá.
Te doy la bienvenida Lola!
Un abrazo con olor a chocolate!
Mónica, qué bueno que el cuento te haya hecho reír, me contagiaste la alegría!
ResponderEliminarCreo que a tu hijo le pasa algo parecido a lo de Joaquín, así que desde acá Tihada está de acuerdo que Sea como Es, seguramente muy creativo como la mamá!
Siempre digo: No estoy distraída, sino atraída por otras cosas!
Un abrazo borroneado pegajoso
y con manchitas de de helado
por todos lados!
Para vos Mónica y para el niño, con mucho cariño!
Qué lindo cuento!Me imagino a mis alumnos en sus primeros días de clase... hace dos meses jugaban libres en la última salita del Jardín y ahora sumergidos en su primer grado,en un mundo más estructurado.Ojalá no pierdan su espontaneidad y su imaginación como el niño de tu cuento!
ResponderEliminarCariños!
Sandra! Vengo de tu blog y yo también hice una asociación con lo que vos pusiste y esta historia, como así también la poesía! El Milagro de la sincronicidad!´
ResponderEliminarCoincido Adriana, que no pierdan la capacidad de asombro, reír, jugar...que se encuentren con adultos que vean esas capacidades como un maravilloso don para cuidar y mantener a lo largo de la vida!
Muchos abrazos Sandra llena de Luz!
Tenemos que cuidar la dieta de las mochilas!!!!!! Muy bueno!!!!!
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