domingo, 28 de febrero de 2010

ETAPAS EN LA VIDA DE GALLOVEJANCHO

Gallovejancho necesita de un infeliz.

Amanezco al mediodía, caliento el plumaje al sol y si la luna alumbra canto a la medianoche. Pinto mis uñas plateadas, igual que la barba y la cresta que nunca las he tenido ni las tendré coloradas.
Vivo en el chiquero sin comer fruta podrida. Me dan asco los basurales. Para limpiarme el barro me lamo como el buey y entre las moscas me mantengo en forma. El granjero se preocupa porque “Gallovejancho limpio nunca engorda”.
Las gallinas quieren limitar mi vuelo, los chanchos me incitan a hociquear en el lodo, las ovejas me señalan el camino correcto. Muestro los dientes y les sonrío. No me gusta la manada que a cualquier arriero sigue, vaya a caballo o a pie, hasta un burro las dirige y uniformadas de blanco nunca saben dónde van. Si cruzan campo traviesa sigo el camino lateral, si van por el boulevard me dan ganas de pastar en el centro de la pampa.
El granjero me buscó ocupación convencional y servil. Me puso de veleta, pero giraba contra el viento. El molino -desorientado- daba vueltas fuera de control y el tanque australiano cumplió su sueño de ser laguna. Entonces el granjero me enlazó, me bajó del techo y dedicó su energía a prepararme para la lucha. Compró capita negra y me la anudó al cogote como desafiándome. Con mis ojos amarillos y saltones de guerrero le dije “no soy especie de riña que pelea por dinero”. Entendió lo contrario. El día del encuentro mortal usé el pico para cantar a la resurrección, que es vida y es muerte. Así convertí en paloma a mi enemigo, que se metió al agujero que siempre habitó: mi pecho.
El granjero desistió de prepararme para cualquier trabajo. Puso su cuchillo cerca de mi garguero, pero me salvé porque es supersticioso y al arrancarme cerdas-plumas-lanas se santiguó y corrió tres días seguidos. Desde entonces me deja el alimento lejos y murmura “pa’ mí que se equivocó de corral este animal”.
Yo descubrí que mis plumas dibujan, la cresta baila y mi canto provoca mutaciones, pero necesito que el infeliz del granjero se entere y les saque provecho.

La búsqueda de Gallovejancho

Anduve mucho tiempo solitario. Si me acercaba al gallinero se reían de mi barba plateada; en el chiquero aborrecían mi olor a recién bañado y las ovejas veían mal mi comportamiento.
Me entretenía haciendo dibujos con mis plumas en la tierra, pero el granjero con el arado los borraba sin enterarse siquiera. A la noche cantaba, pero lo tenía que hacer en voz baja para no despertar al resto de los habitantes de la granja que cierran los ojos en cuanto aparece la oscuridad. Entonces, colgado de una rama hacía bailar mi cresta pero ni yo la veía.
Un día me desperté con los gritos del granjero:
– ¡Acá tenés la comida gallovejancho, animal que a ningún corral pertenece!
Vi la tranquera abierta y sentí deseos de marcharme. Mi parte gallove pensó ¿a dónde vas gallovejancho?, quedate acá que por lo menos tenés granos para alimentarte y me tironeó para el agujero de un tronco caído. Mi parte jancho me zamarreó las plumas-cerdas-lanas y me dijo “¿quiénes son más infelices, más sucios, más cobardes el granjero y su rebaño o vos?”.
Así, partido en dos, salí de mi rincón y caminé errante.
Me quedé dormido bajo un puente gris, al despertar decidí usar mis plumas y lo pinté con los siete colores que conocía del arcoiris. La gente se juntaba para ver lo que hacía:
– ¡Qué maravilla! ¡Cuánta belleza! -decían.
Esas palabras me hicieron tan liviano y ágil que llegué a la punta más alta del puente de un solo salto y girando sobre mi propio cuerpo dibujé un sol estupendo. Yo, gallovejancho, fui el primero en asustarme y sorprenderme.
Ese día me contrataron para pintar todo lo que había oscuro en la ciudad. El humo de las chimeneas, la tristeza, las rejas, los nubarrones y el aburrimiento conocieron la suavidad de mis plumas pincel. Tanta era mi alegría al pintar que la cresta bailaba a un ritmo acelerado y contagioso, todo lo que había alrededor se movía de igual modo. ¡Qué tiempo fenomenal!
Un día me contrató una pareja de horneros para que le diera color al nido, cuando los vi mis ojos amarillos y saltones se opacaron porque descubrieron que nunca habían visto una gallivejancha.
Encontré especies bellísimas de llivejan, gajancha, chavencha; pero ninguna gallivejancha. A un charco le pregunté:
– A tus aguas pasajeras, que están en cualquier lugar del mundo donde llueva, ¿han ido alguna vez gallivejanchas a beber?
El agua me respondió mostrándome mi propio rostro y comprendí su mensaje:
– Para igual ya estás vos.
Entonces seguí el sendero a mezclarme con lo diferente.

viernes, 26 de febrero de 2010

MIS OBSEQUIOS

Durante este tiempo he recibido de todos los que visitan el blog tantas muestras de afecto y generosidad que he decidido hacerles un regalo, que en mi caso son palabras que pueden llevarse a sus espacios, guardarlas en sus corazones, ponerles música, copiar unas estrofas o simplemente leerlas.
Queridos creadores con los que comparto la "mesa bloguera", para ustedes estos poemas.

CALLEJÓN Y SALIDA

Surcos venosos en mis manos
ahuecadas sostienen lo sagrado
o entrelazan los dedos en un rezo
que implora al desierto torrencial lluvia
de líquido acumulado

Una protuberancia a punto de estallar
y en las violáceas ojeras un ruego impostergable
que se presente en cuerpo y alma lo esperado

Fuera de este brazo acordonado
el mundo es apenas una bruma
donde cualquier sombra es foránea
reconcentrada en mi centro
acuchillo en cada contracción al ego

Las venas exaltadas abren la piel
por donde transitará el porvenir
si vencen las fuerzas celestiales
el rojo agotamiento de los infiernos

Cul-de-sac donde se encuentran la muerte y la vida
se miden se rozan una va a quedar ahí tendida
como ave con sus huevos o leona con sus crías
es momento de piar o de rugir
de rescatar a mi animal o estoy perdida

Así, la madre antes de parir al hijo
Así, el creador antes de parir su obra


CODEARME CON VOS

Ando buscando
alguna esquina
la mirada y el deseo
que me rescate
de la vereda angosta
que se llene de vigor
la compostura
que a la vergüenza
se le destiña el rojo
en oleadas de impudor

Ando buscando
que la cuántica me haga volar
el límite imaginado
para saltar al infinito
de todo lo posible
Ando buscando
que la verdad no sea única de algunos
del deberser y el saberser
huir del pensamiento ajeno
de lo que hayqué
sacado de nosequé

Ando buscando
que el Ser sea
y espero sentarme
a la mesa y codearme
con los que buscan

¡OTRO NACIMIENTO!

Los invito a todos a ver el blog de Migue, allí hay otro nacimiento.

Les cuento a los que no vienen siguiendo la historia: Migue ilustró un personaje en el cual me inspiré para escribir el cuento "Segundo Alumbramiento"...pero también él hizo su propia versión de lo que iba a nacer ¡y ya lo pueden ver en su blog!

http://migueilustrado.blogspot.com/

jueves, 25 de febrero de 2010

¡GRACIAS PATOKATA!



Recibí este premio de Patokata que tiene un blog donde realmente la visitan las musas
http://mismusaslocas.blogspot.com/

Hay que pasar esta distinción a diez blogs.

Para todos ustedes porque admiro lo que hacen, con todo mi cariño!
http://arcoirisdelavida.blogspot.com/

http://salaamarilla2009.blogspot.com/

http://sonrisasdemilcolores.blogspot.com/

http://descubriendonuestrointerior.blogspot.com/

http://miguelvivas24.blogspot.com/

http://unavalerianaporfavor.blogspot.com/

http://tepintouncuento.blogspot.com/

http://cotepinta.blogspot.com/

http://silvinaduprat.blogspot.com/

http://elpuestufloracartasjovenilustrador.blogspot.com/

¡UN ABRAZO GRANDE!

lunes, 22 de febrero de 2010

¡GRACIAS POR EL PREMIO!



Recibí este premio de SANDRA LUZ que tiene un hermoso blog http://salaamarilla2009.blogspot.com/

Ahora hay que pasar el premio a siete blogs. En esta oportunidad quiero entregárselos por la creatividad y generosidad que demuestran cada día en sus blogs y en las visitas que hacen a:

ELIZANA http://sonrisasdemilcolores.blogspot.com/

CARMEN http://carmensaldana.blogspot.com/

DARÍO http://dariolevin.blogspot.com/

PATY http://patriciagonzalezpalacios.blogspot.com/

PILAR http://losenanitosdemicole.blogspot.com/

MIGUE http://migueilustrado.blogspot.com/

ILUSIÓN http://viviryserfeliz-ilusion.blogspot.com/


A USTEDES Y A TODOS LOS QUE VISITAN ESTE ESPACIO: ¡GRACIAS!

domingo, 21 de febrero de 2010

SEGUNDO ALUMBRAMIENTO

Antes de leer el cuento los invito a visitar el blog del ilustrador Miguel Roccanova. Esta historia primero nació ahí y gracias a la generosidad de Migue la imagen dio lugar a la palabra...

http://migueilustrado.blogspot.com/
Ahora sí, el cuento:

Veinte años llevó Teobaldo aquel sombrero de paja incrustado hasta las cejas para ocultar aquello, pero cuanto más lo tapaba más evidente se hacía, no faltaba quien lo señalara con el dedo y gritara:
– ¡Ese es Teobaldo, el que se baña con sombrero!
Aquellos últimos días antes del incidente el sombrero latía como una criatura deseosa de pasar de su estado oculto a la libertad del afuera.

Teobaldo había heredado del abuelo y del padre el nombre y la característica por la que eran distinguidos los Peralta: la nariz doble, mirando adelante una, al costado la otra; inhalando una, exhalando la otra. La madre de Teobaldo se enamoró de quien sería su esposo por sus perfiles, los mismos que adoró al verlos en su hijo. No cualquiera tiene cuatro fosas nasales. No eran una familia común y corriente, un tabique más los hacía pertenecer a la nobleza, por eso cuando hallaron ese terrible desperfecto en el pequeño Teobaldito el padre lloró a moco tendido, ¡ y como es de suponer fue mucho el moco que despidió!
La madre en un principio le restó importancia a esos puntitos blancos apenas perceptibles, pero ante la insistencia del padre -que no toleraba ninguna diferencia que los apartara de la superioridad de la estirpe familiar- acudió al médico.
– Es caspa -dijo el pediatra.
Pasado el primer año la caspa se transformó en tres visibles puntos blancos que tozudamente se adherían al cabello.
– ¡Son liendres! -determinó el curandero.
– ¡ Los piojos ya hubieran nacido! -gritó furioso Teobaldo padre.
Recorrieron diferentes especialistas, homeopáticos y alopáticos, algunos les daban tratamientos larguísimos, otros los despedían desorientados después de mirar los tres objetos blancos del tamaño de confites navideños. Sí, exactamente eso parecían cuando Teobaldito comenzó la escuela y a sus compañeros les encantaban aquellas golosinas.
– ¡Dejen en paz a Teo! -gritaba la maestra cuando veía a alguno de los niños mordiéndole la cabeza.
Aunque esto pueda resultar molesto aún peor fue cuando los misteriosos confites crecieron como bolas de naftalina, incluso tomaron aquel olor característico por eso su madre le hacía cumplir las penitencias entre los sacos del ropero o adentro de los taparrollos para espantar a los murciélagos. Ese fue el inicio de una entrañable amistad con aquellos animalitos de los que adquirió un deseo: cuando la calle queda deshabitada de curiosos salir a recorrer la oscuridad en un vuelo sigiloso, desapercibido.

Esa tarde el sombrero latía desenfrenado, a tal punto que Teobaldo lo sostuvo con las manos haciendo una fuerza descomunal, como si quisiera parar el tránsito de lo que va a venir, ese futuro incierto pero seguro. De tanta resistencia un sarpullido instantáneo e imprevisto le cubrió el cuerpo, entonces comprendió que debía liberar el sombrero que durante tanto tiempo lo había acompañado. Pero cuando algo tan celosamente guardado sale al mundo nunca se sabe qué va a ocurrir.

Llegada su adolescencia las protuberancias blancas seguían aumentando hasta tomar la forma y el tamaño de tres huevos de gallina. Teobaldo lo hubiera tomado como parte de su realidad ya que con eso había nacido, pero entre las burlas de algunos y la conmiseración de otros empezó a sentirse diferente al resto. A cualquier lado que iba le hacían bromas como “marchen tres huevos fritos”, o “el primer gallo que pone huevos por la cresta”.
Teobaldo sintió que aquello era una calamidad y decidió encerrar su singularidad en el viejo sombrero de su abuelo que al tener el tamaño y la forma del anciano Teobaldo costaba amoldarlo a la cabeza del joven Teo.
Así pasó el tiempo, nunca más miró lo que había ocultado, siguió su vida como si aquello no existiera, pero existía. La brillosa cabellera del joven, en respuesta al confinamiento obligado, se volvió enmarañada y gris. La cabeza cada vez pesaba más y los hombros se resintieron encorvándose hacia delante. Todo esto Teobaldo lo soportó estoicamente durante veinte años.

El sol brillaba imponente aquella tarde, demasiada luz para seguir ocultando lo que desea salir. Teobaldo abrió temeroso sus dedos y dejó libre al sombrero que se perdió en el cielo -tal vez llamado por su dueño- y tres prominencias del tamaño de huevos de avestruces quedaron a disposición de la intemperie. Teobaldo se acostó en la tierra a esperar… Tres días de movimientos explosivos, lentos, violentos, ensordecedores, calmos…,pero siempre dispuestos a seguir el proceso.
Y al tercer día reventó. Reventó con la fuerza que a veces necesita el amor para salir sin tapujos, reventó con la frescura que se manifiesta lo natural, reventó con desenfado y envuelto en colores salió al mundo.
¡Nació!
¿Qué nació?
Nació la parte de Teobaldo que faltaba nacer.

¡Estoy feliz por este "Intercambio Creativo"!
¡GRACIAS MIGUE!

martes, 16 de febrero de 2010

PREMIO KREATIV BLOGGER


RECIBÍ ESTE REGALO DE ELIZANA, VISITÁ SU BLOG http://sonrisasdemilcolores.blogspot.com/

¡GRACIAS ELIZANA!

Cuando se recibe el premio hay que contar 7 cosas sobre uno y pasarlo a 7 blogs.

¿QUIÉN ES TIHADA?

*Nací en una familia donde mi madre cuenta historias de sus ancestros y de sus 10 hermanos, y mi padre recita versos criollos.


*Crecí en un pueblo donde no había televisores en todas las casas, para mirar una novela nos reuníamos un grupo en lo de una vecina ¡y a veces se cortaba la transmisión en lo mejor!


*Los miércoles salíamos de la escuela con unas amigas, nos tomábamos un licuado de bananas en una confitería e íbamos al cine continuado, ¡si llegábamos tarde mirábamos el principio de la película al final!


*Mi papá tenía un bar, tipo una pulpería. Ahí crecí viendo mucha gente jugando al truco, al mus, el billargol; contando historias; entonando las guitarras...


*Tengo dos hermanas, cuatro sobrinos y muchos ex-alumnos de los que guardo lindos recuerdos.


*Además de estas historias, escribo cuentos para adultos, poesías, dramaturgia, novelas.


*Otra de mis pasiones es la expresión corporal en todas sus formas: danza, juego dramático, actuación, psicodrama... ¡que el cuerpo se libere en la creación!


¡Y si quieren saber algo más...les escribo un cuento!

Este premio a la creatividad que con tanta alegría recibí de Elizana, se los entrego a :


Esmeralda y Aillen Torres http://coladecochino.blogspot.com/













Y ABRAZOS PARA TODOS!!!



























domingo, 14 de febrero de 2010

EL ESPECIALISTA ESPECIALIZADO (Segunda Parte)

DEDICADO A USTEDES QUE LEYERON LA PRIMERA PARTE Y ESTABAN ESPERANDO EL FINAL Y ... PARA TODOS LOS QUE CREEN EN EL PODER CURATIVO DEL AMOR!

El Licenciado Doctor Ojeda tardó bastante en escribir el libro donde prometió contar su mejor experiencia como especialista. Leí salteándome hojas y después de ciento setenta páginas llegué al episodio que nos interesa. Como en la primera parte, se los transcribo textual:

“La paciente Vera había pedido un turno varias veces, pero por diferentes motivos postergaba la consulta. Aquel día decidí que si nuevamente cancelaba la sesión le daría el ultimátum. Habían pasado 10 minutos del horario convenido y la vi entrar, no podía creer lo que sucedía: traía dos gatas con ella. Aquella primera consulta fue especial, una de las gatas se acostó sobre mi cuaderno de notas por lo que no pude escribir nada y la otra se tiró cómodamente en mi sillón. La señorita Vera tomó la situación como un hecho natural y se sentó en la única silla que quedaba, por lo tanto el piso fue el lugar que me tocó en aquella entrevista. Confieso que ese día no registré cuál era el motivo de su consulta porque estuve pensando en mi dolor de espalda ocasionado por la posición incómoda en la que había quedado. Sólo recuerdo que la señorita Vera me resultó muy impertinente, estaba molesto cuando se retiró y resolví que si regresaba con los animales no la atendería. A la siguiente consulta retornó con Miti y Coca -así las llamaba- y dos almohadones. Sonrió amablemente y dijo:
– Para que nos podamos sentar cómodamente todos.
No se puede negar que fue una actitud muy considerada. La consulta se desarrolló en armonía, cada uno en su lugar: las gatas en las mullidas sillas y la señorita y yo en los almohadones. Ese día pude concentrarme en su relato que concluyó así:
– Vine a usted porque me dijeron que era el único capaz de solucionar mi problema.
Le dije que todo tenía solución y que le haría las lentes para su caso, pero cuando Miti y Coca abandonaron mi consultorio acurrucadas en los brazos de su dueña sentí una gran tristeza porque no podía hacer aquellos cristales ya que no sabía nada sobre el tema en cuestión.
Esa noche no pude dormir, pensé en los difíciles casos que había solucionado, pero lo planteado por Milagros Vera no lo podía resolver porque ni siquiera entendía el tema. De todas maneras no me rendí y cuando amaneció salí a la calle a buscar la información que necesitaba para la fórmula de las lentes, ¡y la encontré! En una libreta anoté:

Dos jóvenes en bicicleta haciendo equilibrio y esquivando al mundo para poder continuar tomados de las manos.
Una pareja de ancianos caminando abrazados.
Un joven acariciando el cabello de su novia.

Con ese material tenía suficiente para preparar los anteojos, acababa de descubrir qué era estar enamorado y me había gustado tanto que me hice un par de anteojos para mí.
La siguiente sesión esperé ansioso a Milagros, con sus anteojos sobre el escritorio y estrenando mi par. Ese día grabé cada una de sus palabras, su respiración, los silencios, y por primera vez vi sus dedos largos de pianista, la armonía con que se movía, la delicadeza con que tomaba a sus bellas Coca y Miti. Ella se puso los anteojos, sonrió y entendí que también por primera vez me veía (…)”

El relato de Ojeda continúa, cientos de páginas contando los detalles de su historia con la señorita Milagros.

Sólo quiero agregar que desde que el especialista cursó la materia que le faltaba algunos piensan que no es tan buen Licenciado Doctor, en cambio otros creemos que ahora está realmente capacitado para curar porque sabe lo que es amar.







miércoles, 3 de febrero de 2010

EL ESPECIALISTA ESPECIALIZADO (Primera Parte)

Ojeda es Licenciado en Psicología, Doctor en Oftalmología y Óptico. Usa las herramientas de las diferentes ciencias para curar a sus pacientes. Tiene un método patentado por él y escribió una decena de libros, el más conocido: “ El Desaliento de los Miopes”. En aquel libro Ojeda explica su metodología. Transcribo un fragmento:

“Escucho pacientemente a mis pacientes. Teniendo en cuento la causa de su angustia, determino el grado de distorsión de la realidad que presentan, qué parte de la vida no llegan a ver o qué observan de manera amplificada. Así vamos probando con diferentes pares de anteojos con cristales que hago en mi laboratorio, hasta llegar al punto exacto donde no se maximizan ni se minimizan los aconteceres, se ven del tamaño que les permite aceptar la situación y disfrutarla sin ansiedades. Ejemplificaré con el caso del Profesor en Ciencias de la Educación, a quien llamaré por su nombre de pila: Eduardo.

Llegó a mi consultorio un miércoles de verano, a las 15 horas, con una temperatura ambiente que superaba los 38°. Me llamó la atención que trajera un paraguas, él notó que dirigí la mirada hacia lo que podría servir más de sombrilla que de paraguas y se justificó:

­­­-Parece que va a llover.

El motivo central de la consulta era que se sentía constantemente aburrido. No había dudas de su estado cuando relató su cotidianeidad: “trabajo de 8 a 8, hago mandados, ceno, me baño, los sábados limpio la casa y los domingos aprovecho a descansar durmiendo lo más posible”. Pensé que le faltaba aventura a su vida y le hice un par de anteojos que le permitiera vivirlas. Le dije:

-Siga con sus actividades normalmente, sólo póngase el par de anteojos unas horas por día y aumente la cantidad de tiempo según lo tolere.

Comenzó a usarlos mientras se bañaba y esta fue la experiencia que narró:

-Estuve en las cataratas de Niágara, el agua cristalina con su fuerza y belleza cayó sobre mi cuerpo y me hizo rodar. Entre la bruma que se elevaba del agua alcancé a divisar una lancha blanca que emanaba en su centro un chorro de agua, como una fuente de plaza. Una bandera flameaba, del mismo color que mi toallón preferido que es del cuadro de fútbol de mis amores. Peces rosas y amarillos con delicados aromas se resbalaban de mis manos cuando intentaba atraparlos y caían en un embudo de piedra por el que el agua se escurría.

El profesor vivió todo tipo de emociones y la palabra aburrimiento había desaparecido de su léxico. Sólo quedaba probar qué sucedería cuando llevara los anteojos a clase y los alumnos se tiraran avioncitos de papel por la cabeza, qué nuevo significado tendrían las tizas, la pizarra o el borrador (...)"

Cientos de casos como el expuesto ha narrado el Licenciado Doctor Ojeda en su famoso y controvertido libro que ha sobrevolado la lógica científica. Sus seguidores esperamos la edición de su último libro. Ojeda ha tenido la deferencia de adelantar que va a contar en detalle lo sucedido con la señorita Milagros Vera, hecho que cambió por completo el rumbo de su vida.