domingo, 18 de diciembre de 2011

Vos y voz dando sentido

A unos días de la Navidad comparto con ustedes el cuento "Los Cambios de Papá Noel" leído en la radio por María Frascara
¡Gracias María!









Y a ustedes mis palabras


Sumergís tu tiempo corrido
en la lentitud de las historias
entrando en el corredor de mis fantasías
que recrean las tuyas
y vienen y van
procreando nuevas sensaciones

Palabras jazmines
palabras espadas
danzando en la mente
saltando a la hoja
liberadas por la llave
de tu inconciente y el mío
perdonadas del entierro
permanecen vivas
en la emoción        la risa
la escucha             la repetición
y finalmente transformadas

Vos dando sentido
sentido y voz
a lo que escribo


¡Gracias a todos/as por la cercanía!

¡Bendiciones en esta Navidad y que el 2012 sea un año de transformaciones que nos permitan liberar el Ser; y en completo estado de salud compartamos nuestros dones y recibamos con gratitud los dones de los otros! Que así sea.

Unidos en el Universo reciban mi abrazo
Tihada/Ana Gracia

viernes, 9 de diciembre de 2011

¡Gracias Madre!


8 DE DICIEMBRE- INMACULADA CONCEPCIÓN

Milagro Vivo

De piel oscura o de clara tez
a todas ellas hay un pueblo que venera
A ella las rosas, el clamor, la vida
por ella camina el anciano
y un ciego contempla su imagen

Presencia Viva, Milagro Vivo
no hay más que aclamarte y escuchas
Ningún hijo escapa a tu vista
abres tus brazos y nos cobijas
sobre tu pecho pones tus manos
y sabemos que estamos allí

Con el niño en el vientre
Mujer dadora de vida
Con el niño en brazos
Mujer protectora
Con corona o sin ella
única Mujer Reina
de cuantos te amamos.


Gracias Sandra de Mi Sala Amarilla por este intercambio tan especial


¡Gracias y bendiciones para todos!








viernes, 2 de diciembre de 2011

Se refleja en los ojos, se libera en la voz

MARÍA DELIA tiene unos hermosos ojos que siempre andan buscando historias  que comparte generosamente en LA FÁBRICA DE LOS CUENTOS, un lugar tan agradable que hasta la familia Sequeja se siente agradecida de estar ahí http://lafabricadecuentos.blogspot.com/2011/11/cuento-de-ana-gracia-jaureguiberry.html

Y una vez que una historia sale a recorrer caminos la esperan otros ojos y otras voces... ¡ y qué placer encontrar una voz como la de MARÍA FRASCARA !





¡GRACIAS MARÍA DELIA!
http://lafabricadecuentos.blogspot.com/

¡GRACIAS MARÍA FRASCARA!
http://radio-unangelparatusoledad.blogspot.com/

jueves, 17 de noviembre de 2011

Un cuento para representar

Llegan los actos de fin de curso (en esta parte del mundo) y las fiestas de Navidad y fin de año en todos lados. Por esta razón les dejo una adaptación -para ser representada- de mi cuento Los Cambios de Papá Noel


Llegó noviembre y Papá Noel empezó a organizarse para el arduo trabajo que le esperaba durante el mes de diciembre.
(Entra Papá Noel con un expositor de ropa -como el que se usa en las tiendas-  con muchos trajes idénticos)
¡Todos los trajes iguales! pensó Papá Noel y  sintió ganas de cambiar. Fue a anunciarles su idea a los duendes.
(Grupo de duendes rodea a Papá Noel)
Necesito un traje nuevo de tela azul que se las proporcionará el Cielo -les dijo- con detalles plateados que solicitarán al Lucero y alguna Nube me obsequiará su blancura para la mochila donde llevaré los juguetes. También deseo que me fabriquen una bicicleta que tenga todas las comodidades para andar en cualquier terreno, por tierra y por agua.
(Mientras se relata aparecen los personajes: Lucero, Nube y elementos como la bicicleta)
Este año los renos van a descansar y las campanas serán reemplazadas por una bocina que suene tan fuerte como para limpiar los tapones que provocan sordera en el Mundo.
(Los duendes se organizan con carteles que identifican la tarea que realizan. Los modistos hacen el traje,  los bicicleteros construyen una bicicleta especial, los terapeutas de renos les conversan y les dan de comer, los duendes luthiers  fabrican una llamativa bocina, etc. Llevan todos los elementos a Papá Noel que está en el centro de la escena)
Después de mucho trabajo los duendecillos terminaron con la tarea indicada a cada comisión. El Viejito se mostró muy agradecido porque todo había quedado según sus deseos. El 1 de diciembre Papá Noel estaba listo para partir. Los duendes le entregaron millones de juguetes junto con un pesado libro que en su tapa se leía “Listado de Niños Buenos”. Ese era el libro de consulta en el que figuraban las direcciones donde el Viejito debía dejar los regalos. Papá Noel subió a la bici super especial y revoleó por los aires el libro.
(Papá Noel se pone el traje azul, se sube a la bicicleta y toma el libro que le entregan)
Este año no cargaré un objeto tan pesado que no me sirve para nada -dijo Papá Noel- porque donde haya un niño habrá un regalo.
(Los duendes saludan  y se retiran de escena. Papá Noel anda en bicicleta. Se detiene en diferentes lugares del mundo que se identifican con mapas y carteles)
Así partió el Viejito Pascuero, estrenando un bello traje azul con apliques de polvo de estrellas; una mochila confeccionada con una nube que se sintió halagada de servir para guardar juguetes; y una bicicleta inteligente, experta en adaptarse a cada ambiente y poseedora de una bocina gigante que al tocarla sonaba música apropiada a la situación, según explicaron orgullosos los expertos en hacer instrumentos.
El Viejito Pascuero pedaleó tanto entre montañas, ríos, bosques y desiertos que su panza hizo plof y explotó como un globo. En Francia tuvo que recurrir a un sastre que le achicara la ropa porque el pantalón se le iba a caer. Cuando llegó al hemisferio Sur el calor lo convenció de cortarse el cabello y la barba; y cuando pasó por las calurosas playas del caribe, recortó el pantalón y se hizo una bermuda.
El Viejito estaba muy satisfecho con su nuevo aspecto. En una plaza de México se detuvo para acercarse a los niños, pero los adultos lo miraban con desconfianza. Lo mismo le pasó en Ecuador, Venezuela, Brasil, Argentina, Chile… ¡en todos los rincones del planeta!

(En cada lugar se realizan las acciones narradas y aparecen los personajes mencionados: sastre, peluquero, niños, adultos. Grupos de adultos corren a papá Noel y gritan)
– ¿Por quién nos ha tomado este flacucho?
– ¿Y dónde tenés la panza, eh?
– ¡Papá Noel se ríe jojojo, y vos te reís jijiji, ¡embustero!

(Grupos de adultos  gritan a coro)
–¡Papá Noel jojojo, Papá Noel jojojo
 no jijiji, sí jojojo
 Papá Noel jojojo!

Pronto la noticia de “un desconocido que se hace pasar por Santa Claus…” recorrió los noticieros del mundo. En la calle no se hablaba de otra cosa:
– ¡Hay un loquifato que se hace pasar por Papá Noel flaco!

( Periodistas, grupos de maestras,  señoras que hacen mandados, etc, repiten la frase: ¡Hay un loquifato que se hace pasar por Papá Noel Flaco!)
El viejito estaba cabizbajo, no sabía dónde esconderse, pero lo que más le preocupaba era que ningún niño recibiera su regalo. Esa noche, mientras meditaba debajo de un puente, una luciérnaga se apoyó en su hombro:
– ¿Cómo estás Papá Noel?
– Veo todo oscuro.
– Por eso he venido, a alumbrarte. ¿Y cuál es la causa de tanta oscuridad?
– Nadie me reconoce y mañana es Nochebuena.
– Yo te he reconocido.
– Pero en los noticieros hablan mal de mí y hasta de las jugueterías me echan.
– ¿Hay niños dueños de jugueterías?
– No.
– ¿Y niños al frente de los noticieros?
– No. ¿Y eso qué tiene que ver?
– Pensá, siempre para las Navidades te ocultás para no ser descubierto por los más pequeños, en esta Navidad tendrás que hacer sencillamente lo opuesto.

La luciérnaga se durmió apoyando su cabeza en el cuello de Papá Noel, lo iluminó toda la noche y partió antes de ser descubierta por los rayos del sol. Cuando el viejito despertó sabía claramente lo que tenía que hacer. Acomodó su traje azul, cargó la blanca mochila y salió a buscar niños. Primero le pareció oportuno ir por los campos y las montañas, lugares alejados de las ciudades donde nadie desconfiara de quién era él realmente. Los primeros regalos se los entregó a unos niños que guardaban los animales en un establo, después anduvo con la bici a toda velocidad para alcanzar a unos pequeños que regresaban a su casa cabalgando, y subió un empinado cerro para llegar hasta una escuela donde los alumnos preparaban un árbol navideño.
La inmensidad lo vio pasar, los desolados caminos lo ayudaron a llegar a los más recónditos lugares donde fue recibido por los niños con total naturalidad y las flores silvestres, luciendo su belleza entre los pajonales, le dieron un mensaje esperanzador: Lo que está destinado a ser, crecerá en cualquier lugar.
En la primera ciudad que llegó encontró unos chicos deambulando por las calles, comiendo de las sobras de los restaurantes, cuidando autos… no esperaban nada especial esa noche. El Viejito Pascuero les dejó un regalo a cada uno y un obsequio muy especial, ¡los chicos no podían creer que tenían algo así entre sus pies!

(Papá Noel se pone a jugar al fútbol con los chicos y cada vez se acercan más, a los que les reparte regalos)
En pocos segundos centenares de chicos buscaban a Papá Noel para que les diera su regalo. Lo reconocían a la distancia y del color del traje ni se preocupaban, ¡si nunca lo habían visto, era lo mismo que fuera verde, azul o anaranjado!
Así Papá Noel fue de ciudad en ciudad, de país en país… y para su sorpresa distribuyó los regalos con más rapidez que años anteriores.

(Papá Noel se sube a la bicicleta y los chicos corren detrás despidiéndolo)
Pasó la Navidad y Papá Noel regresó a su morada con la mochila vacía. Una lechuza de ojos saltones, acostumbrada a mirar la vida de los demás, le dijo al verlo pasar:
¡Ay Viejito Pascuero por querer cambiar a tu edad cuántos líos has armado!
Y lo volvería a hacer querida lechuza -dijo Papá Noel- porque gracias a mis cambios es el año que más aventuras y alegrías he vivido.
Y la felicidad y el coraje lo acompañaron en el camino de regreso.


Para leer el cuento aquí http://cuentosdetihada.blogspot.com/2010/12/llego-noviembre-y-papa-noel-empezo.html
http://cuentosdetihada.blogspot.com/2010/12/los-cambios-de-papa-noel-segunda-parte.html
Y si querés ver cómo trabajó esta historia Pilar con sus alumnos  a fines de 2010, te dejo el enlace.
http://losenanitosdemicole.blogspot.com/2010/12/desde-argentina.html

SI LO REPRESENTÁS, ¿ME CONTÁS?

Y GRACIAS SANDRA LUZ POR LLEVARLO A MI SALA AMARILLA!!!

lunes, 24 de octubre de 2011

Gracias Cuaderno de Colores!


Desde el blog  Cuaderno de Colores me llegó este regalo. Los invito a visitar el blog de esta amiga con la que compartimos, entre otras cosas, el gusto por el teatro y la incorporación del juego dramático en diferentes actividades escolares.

GRACIAS PILAR!!!

Comparto el regalo con todos los blogs amigos



viernes, 16 de septiembre de 2011

Naturaleza Muerta y Saciedad

“Pero tú, Señor, has puesto en mi corazón más alegría que si abundara en trigo y en vino."
(Sal. 4, 8).

Todos sentados a la mesa en casa de tía Justina. La sopa, la cabeza que se acerca al plato, el ruido al tragar, los fideos que se escabullen en el líquido, el humito, el rostro transpirado, los ojos vivaces que miran hacia el plato del otro, los pedazos de pan que mojan y absorben hasta la última gota de caldo, el cuadro de frutas hecho con fotos de revistas. Todos sentados a la mesa y mi prima que vuelve a decir:
-¿Por qué no te quedaste en tu casa boba?
Su madre raspa por décima vez la olla y la hace callar. Tía Justina -en realidad tía abuela-  se reía de cualquier cosa, aunque ese día lo hubiesen pasado a pan duro y yerba. Mi abuela  -su hermana- sólo tuvo dos hijos por decisión Divina, porque después del segundo parto salió a lavarse en la bomba, le tomó una fiebre muy alta, un pasmo y, según decían, eso fue la causa de su esterilidad.
Tía, que cumplía al pie de la letra con los cuidados de no bañarse después del parto, tuvo tantos hijos como las veces que su marido alambrador regresaba del campo. ÉL se quedaba unas semanas, el tiempo suficiente para hacerle otro muchacho -como decía mi abuela- y renegar por todo lo que habían anotado en la libreta de la despensa.
A mí me encantaba ir a su casa, tres piezas de un viejo conventillo. La habitación más amplia cumplía las funciones de comedor, cocina y dormitorio de tía. Allí había un cuadro, una insolente imagen de rojas manzanas, uvas tentadoras, sandía provocadora con gesto y boca risueña.
Mi hermano, el mayor, iba casi todas las mañanas a leer revistas a  casa de tía, donde había primos de nuestra edad. Cerca del mediodía mamá me decía:
- Andá a buscarlo, esos pobres no tienen ni para ellos y aquel se va a quedar a comer.
Enseguida respondía a su pedido y salía muy decidida, pero no precisamente a convencerlo que regresara, sino con la idea de quedarme. Tía, que intuía a la perfección mis reales intenciones mejor que mi propia madre, sin hacerse esperar me ofrecía:
- ¿Querés quedarte? Un plato de sopa hay.
No terminaba de decirlo que empezaba a ayudarla. El verdadero sentido de la Común Unión lo aprendí  en esa  mesa. Tía tendía un mantel impecable, nos lavábamos la cara y las manos y recién después se nos permitía tomar el pan. Había mística en aquellos actos. ¡Y cómo nos reíamos!, siempre había una anécdota que llenaba la olla, la risa y el pedazo de pan que daba vueltas en la boca, las migas que se escapaban a otro rostro, la boca risueña vacía, pero llena de migas de risa. Esa es la imagen que guardo: ¡qué languidez, pero qué saciedad!
Un día, durante el almuerzo, mi primo Alberto se levantó, hizo un ademán y tiró el cuadro que cayó frutalmente sobre la mesa. Miré el papel que rozaba mi dedo, desee sostener esa fresca, jugosa y fragante manzana. Quise acercarla a mi boca, hacerla crujir, saborearla, deleitarme, chuparla, dejar correr por la comisura de mis labios su juguito. Anhelaba el mordisco. La lengua se cubrió de saliva aglutinada, tragué con delicadeza para que nadie percibiera mi deseo. Sentí temor de inquietar a tía, de ofenderla con un deseo que no podía satisfacer.
– Buen provecho -la voz de tía.
El cuadro ahí y una de mis primas, para escapar de su propio apetito, propuso el juego:
–¿Y si repartimos la fruta?
Entonces uno quería la manzana, otro el racimo de uvas, la sandía… pero había que dividir porque no alcanzaba para todos, ¡crueldad que no quería dejarnos satisfechos ni en la fantasía!
– Esta vez te toca a vos compartir la tuya -decía Eva.
– A mí ya me tocó los otros días -se quejaba su hermana.
Y así, con inexistentes cuchillos se pelaban frutas de papel. Tía seguía el juego hasta el final con la vehemencia que lo hacen los niños y la seguridad con que los adultos afirman que lo que ven y tocan es real.
¡Oh Dios!, ¡qué languidez, pero qué saciedad!
Después tía lavaba una olla limpia de tanto rasparla y yo salía con mi prima Carmen, la más chica, a recorrer caminos de siesta, tan fascinantes con sus historias de viejos de la bolsa y lloronas y sonidos de palomas que daban la música perfecta para un escenario misterioso, lúgubre y desolado.
Cuando pasábamos frente a la casa de doña Olegaria -una vieja que alquilaba la pieza del conventillo que daba a la calle- mi prima me hacía señas apoyando el dedo índice en sus labios para que guardara silencio. La ciega, que había escuchado pasos, decía:
– Carmen... Carmen querida, ¿sos vos?... Carmen... ¿andás por ahí?
Se quedaba unos segundos expectante, a la espera de una respuesta y volvía a preguntar:
– ¿Sos vos queridita?
Nosotros sabíamos que pretendía que fuésemos a hacerle algún mandado, entonces caminábamos en puntas de pie para que no nos escuchara y nos tapábamos la nariz y la boca para contener la respiración y la risa. A veces deseábamos que estuviera en la vereda para tener algo en qué gastar el tiempo. Otras veces, más por aburrimiento que por misericordia, respondíamos al llamado y le hacíamos el favor que nos pedía. Una tarde, cuando ya estábamos dando vuelta la esquina, nos miramos y sentimos eso que se llama culpa. Pobre vieja, dijo Carmen. Sí, pobre, contesté. Entonces, regresamos a preguntarle qué quería. Nos pidió si podíamos cambiarle la cama de lugar porque justo tenía una gotera sobre ella. Mientras nos perdíamos de jugar moviendo un mueble para allá y otro para acá le recriminé a Carmen:
– Esto me pasa por hacerte caso.
– ¡Callate, vos también quisiste...! ¡Y otra vez quedate a comer en tu casa! --aprovechó a reprocharme.
Después, cuando asomaba la culpa, pensábamos en nuestra conveniencia antes de regresar de la esquina y muchas veces, muchas, dijimos:
– Pobre vieja.
– Sí, pobre.
Y seguimos derechitas con el paso apurado a ningún lado.
Cuando llegó mi adolescencia ellos cargaron un baúl, varias cajas y partieron en tren a Buenos Aires. Dormían soñando con la ciudad que no dormía y allí fueron en busca de sueños despiertos, concretados en trabajo que por esa época  sobraba. Mi primo Alberto consiguió empleo en una fábrica de dulces y entonces, por primera vez, tuve en mis manos una lata grandísima de dulce de batata que pude cortar con cuchillos reales y gustar, saborear, deleitarme, paladear, succionar, sentir la saliva queriendo escaparse por la comisura de mis labios. No tuve que reprimir el deseo porque ahora tía podía satisfacerlo. Ella sí tuvo el coraje de regresar de la esquina.
Quedaron atrás los años de estúpida naturaleza muerta y también se esfumaron los años de boca llena de migas de risa.



jueves, 15 de septiembre de 2011

Viene Acompañada

Llegó sin aviso y se congeló la acción cotidiana, el devenir previsible de los días se quedó sin respiración. El grito la anunció. A su determinación no le importa el pasado, los amores y desamores, si está la ropa doblada en la valija, ordenados los papeles o el turno en el dentista. Verla despojada de todo ornamento te hace ver superfluo los aretes de oro e impertinente la campera roja. El negro en su fiesta es lo requerido. Para asistir se revuelve los roperos buscando lo sobrio. Pasa, ráfaga y perpetua, te da sus matices y te mimetiza con grandes ojeras, la mirada para adentro y  piernas mecánicas deambulan.

Uno cree que ella con su presencia elocuente será el centro de cualquier reunión. Contra toda lógica viene acompañada por alguien que se atreve a dar zarpazos cerca, como si codearse con la tan temida fuera un acto de gran valentía. Es sucia, tiene olor a tinta, uñas afiladas, ágiles los dedos de examinar seguros, tarjetas, contratos. A la desalmada no le importa el llanto, escarba entre la ira o la locura, y engalana a su amiga -la tan despojada- con un saco a cuadros y recortes de diarios, le cuelga cintas, tarjetas y palmas. Qué bonita está con un maquillaje tan colorido y el perfume floral.

¿Dónde anda Consuelo, Alma, Encarnación? Quiero que se acerquen a reunirnos en círculos de fuego sagrado, en plegarias mudas y en cánticos de salmos elevarnos sobre los objetos y los cumplidos.
Ella es la verdadera  tirana. 
Quiero traspasar los umbrales invisibles, donde no hay ayer, mañana, ni hoy y dejar sin sentido a la Burocracia.


lunes, 22 de agosto de 2011

Has estado...


Has estado en la danza
de mis tardes serenas
y en el baile alocado
de mis oscuros pesares
fantasmas de mis fantasmas
los espanta tu mirada

Has estado en el entierro
de mis llantos y mis guerras
y has traído las flores
que adornan el Santuario de lo Nuevo
y encendido la Copa de Fuego
donde quemo los miedos


¡Gracias a tod@s los que están y/o han estado durante 
estos dos años!

¡Bendiciones y abrazos!


Tihada/Ana Gracia


viernes, 19 de agosto de 2011

MIMOS DE MAMÁ

Me tiro en la cama y llamo a mamá.
– ¿Viniste con las arañas paseanderas? –le pregunto a mami.
Ella me muestra sus lindas manos y me cuenta esta historia:

Acá está la araña Cincopatas y acá la araña Danzarina. Vienen caminando y se encuentran con dos paredes empinadas. Cincopatas sube por acá y Danzarina escala esta pared.
– ¿Cómo estás Danzarina?
– Este es un camino de tierra, mucha tierra.
– Y este es un camino de queso.
– ¿De queso Cincopatas? ¿Estás segura?
– ¡Sí, el olor lo delata!

No, no,  digo yo riéndome y moviendo los pies. Silencio, cuando las arañas hablan las montañas callan, dice mamá y sigue:

– Llegué a una cueva, dos, tres y cuatro.
– Yo también encontré cuatro cuevas. ¡Cuánto hace que no llueve por acá!
– ¿Cómo te das cuenta Danzarina?
– Porque en las paredes de estas cuevas hay arena, piedritas y hasta cáscaras de huevo.
– ¡Oh, ya descubrí donde se guarda el queso, en estas cuevas!

No, no, digo yo. Cáscaras de huevo no y queso tampoco, hoy me acordé de lavarme entre los dedos. Silencio, dice mamá, cuando las arañas están explorando el territorio de las cuevas hay que respetarlas.

– ¡Aaaaah! ¡Me resbalooo!
– ¡Yo también Danzarina!
– Voy esquiando y llego al tobillo.
– Voy rodando entre las rocas.
– Pum, pam.
– Pim, pom.
– ¡Veo una llanura larga Cincopatas!
– Sí, un camino liso.
– ¡A caminar entonces!
– Caminemos amiga, mientras cantamos a coro:    

    Somos dos arañas
    conquistando la llanura
    si la vista no me engaña
    nunca vi tanta hermosura.
– Sí, bello y suavecito es el sendero.
– ¡Qué lindo para estirarse!
– Y encogerse.
– Acurrucarse y descansar.
– ¡Correr sin parar!
– ¡Llegué a una sierra!
– ¿Sierra de la Ventana?
– No, Sierra Rodilla Haragana.
– ¡Qué nombre difícil! … Cerrá Canilla Palangana.

No, digo yo, ¡Sierra Rodilla Haragana!

– ¿Cortá Plantilla Susana?
– Soltá Puntilla Mariana
– ¡No me sale, qué macana!

Entonces, repetimos muchas veces con mamá: ¡Sierra Rodilla Haragana!, mientras las arañas siguen su camino al ritmo de nuestro canto.

– ¡Vamos a correr Danzarina!
– Buena idea Cincopatas.
– Un premio a la que primero llegue al pico Hueso Cadera.
– ¡Ya llegué!
– ¡Yo también! Y desde acá veo una laguna ¿nos tiramos de cabeza?
– ¡De cabeza al Oasis Panza!
– De patitas a la Laguna Ombligo
– Qué lindo nadar acá.
– Y chapotear así.

Yo me río tanto que le pido a mamá que detenga a las arañitas. Entonces se van caminando, sacudiendo sus patitas -dice mamá- una por este caminito y otra por este otro y suben… suben hasta llegar a la cara.

– ¡Cuidado Cincopatas no te vas a caer al Pozo de las Palabras!
– ¡No, el que se cae ahí habla sin parar!
– O peor, se lo come el señor Bolo Alimenticio.
– ¡A correr, entonces!
– ¿Y esta pequeña y bella montaña?
– Bella, bella … pero no te parés cerca por las dudas que entre en erupción.
– ¿Y por qué razón?
– Porque el frío pone roja a esta montaña y atchís todos volamos.
– Me gustan estas lagunitas mellizas.
– Que de noche tienen tapita para que no les entre basurita.
– Y a mí me gusta el Laberinto Oreja que tiene forma de bebé en la panza de mamá.

Entonces me acuerdo que pronto mi hermanito va a nacer. Le pregunto a mamá "¿Cincopatas y Danzarina lo van a visitar?" Ella me explica: “Sí, pero van a tener un camino más corto que recorrer, las arañitas pueden ser chiquitas y muy suaves, como tus manos.” 

- ¡Quiero más! ¡Que sigan paseando! 
- Están cansadas -dice mami- pero te  prometo que  mañana van a regresar.
Doy una vuelta para acá y otra para allá, tapo mis lagunitas y me preparo para un sueño feliz.

lunes, 1 de agosto de 2011

Asamblea de Colores

En el escenario, en forma de herradura, hay cinco gradas. Cada una representa a un continente. La que representa Oceanía está cubierta con telas blancas, Europa con telas violetas, África con telas negras, Asia con telas amarillas y América con telas verdes. En el centro del escenario, entre las gradas, una tela azul cubre el piso. Entra un grupo de cada lugar. Los integrantes de cada grupo están vestidos del mismo color que el continente que representan. Llevan un estandarte con el nombre del continente. Se ubican en las gradas correspondientes)


   Grupo blanco _ Todos los niños del mundo...


   Grupo violeta _ Nos hemos reunido en esta Honorable Asamblea de Colores


   Grupo verde _ Para defender los derechos de todos…


   Grupo amarillo _ Sin importar nacionalidad ni religión...


   Grupo negro _ Sin importar el color de la piel o el poder económico.


   Grupo verde _ Hemos venido a denunciar en esta Honorable Asamblea de Colores…


   Grupo violeta _ Lo que todos los adultos ven…


   Grupo amarillo _ Pero no dicen.


   Grupo negro _ Lo que todos los gobernantes saben...


   Grupo blanco _ Pero se callan.


(Música. Entra un grupo de hombres y mujeres y cinco niños, uno por cada continente. Juegan con ellos al muñeco de trapo. Luego los toman de las manos y los pies y tironean para uno y otro lado. Todos los juegos se realizan al compás de la música elegida. Representantes de cada continente bajan de las gradas y ayudan a los niños. Los adultos huyen)


   Todos los niños _ ¡No al maltrato infantil !


(Música. Entra un grupo de señores gordos vestidos de traje. Debajo de sus ropas tienen globos y panes en las mangas de los sacos. Comen groseramente. Cinco niños les piden comida, los señores gordos los echan. Representantes de cada continente bajan de las gradas con alfileres gigantes. Pinchan a los gordos, los globos explotan. Les sacan los panes que entregan a los niños. Los gordos se retiran. Los representantes de cada continente y los niños regresan a las gradas.)


Todos los niños _ ¡No a la desnutrición infantil!


(Música. Entran muñecos gigantes. En las cabezas, manos, hombros, espaldas… llevan pilas de libros. Bajan de las gradas niños de todos los continentes. Saltan para conseguir un libro, pero no lo pueden alcanzar. Se realizan diversos juegos donde se represente la imposibilidad de alcanzar los libros: los muñecos se pasan los libros entre ellos, los acercan a la altura de los niños, pero cuando están  por tomarlos se lo impiden, los muñecos esconden los libros y los niños los buscan desesperadamente. Bajan de las gradas los representantes de la Honorable Asamblea de Colores, rescatan los libros y se los entregan a los niños.)


Todos los niños _ ¡Queremos leer! ¡Queremos estudiar!


Grupo blanco _ Nosotros, los niños de todos los continentes, invitamos, sugerimos, ordenamos desde la Honorable Asamblea de Colores que se cumplan nuestros derechos.


 Grupo violeta _ Derecho a la igualdad. Derecho a una protección especial.


 Grupo negro _ Derecho a un nombre y nacionalidad. Derecho a una alimentación, vivienda y atención médica.


 Grupo verde _ Derecho a la educación gratuita.


   Grupo amarillo _ Derecho a ser el primero en recibir ayuda en casos de desastre.


   Grupo blanco _ Derecho a ser protegido contra el abandono y la explotación.


   Todos los grupos _ Derecho a formarse en un espíritu de solidaridad, comprensión, amistad y justicia entre los pueblos.


(Bajan de las gradas. Se colocan en el centro de la escena intercalándose un niño de cada continente. A elección se puede recitar un poema o cantar).


                                        
                FIN (de la lectura, ahora a representarla!!!)



Más propuestas para el Día del Niño en Mi Sala Amarilla el blog de Sandra Luz. 


Y para el 17 de agosto, te dejo otro texto teatral

América Unida y Libre  
(hacer clic sobre el título)

viernes, 29 de julio de 2011

RELATAMOS Y EL CUERPO SE EXPRESA

En agosto festejamos el Día del Niño. Para aquellos padres, maestros, coordinadores de diferentes grupos que están buscando material, en Teatroblog tienen muchos textos para representar (de mi autoría o adaptaciones que realicé partiendo de cuentos folclóricos). Aquí otra propuesta.

Unas palabras...

El docente/coordinador/director cuando aborda las improvisaciones puede utilizar -entre otros recursos- un tema libre, imágenes o trabajar a partir de un cuento. Actuar teniendo como base un relato da la posibilidad de leer con el cuerpo; es decir qué le sugiere a los brazos, las manos, las piernas o la boca una palabra o frase determinada, un grito o un silencio.

El relato que se presenta a continuación es una adaptación del texto teatral “La Juguetería”. Se incluye a modo de ejemplo de cómo narrar un texto de manera que invite a la acción. La narración representada es conveniente usarla cuando los niños son pequeños o en situaciones como los festivales muchas veces organizados en el ámbito escolar.

En este ejemplo, el relato está escrito con las acotaciones que dan ideas sobre los movimientos a realizar para ser representado ante un público; pero el relator obviamente no leerá las didascalias.

Las posibilidades de juego-creación son infinitas, por lo tanto hay que tomar las propuestas como lo que son: sugerencias, ideas, disparadores; con la total autonomía y libertad que el coordinador y su grupo tienen para recrearlas o modificarlas plenamente.


La Juguetería (relato para ser representado)

Esta es una antigua juguetería, su dueña se lo pasa haciendo cuentas y está

cansada de la rutina, ¡aquí nunca pasa nada! Si no fuera por sus queridos

muñecos se sentiría muy sola.

Mira el reloj, ¡las 20 ya! ¡Es hora de cerrar! Pero justo cuando está dispuesta

a irse llega una familia.

(Entran el papá, la mamá y la nena)

Los papás le quieren comprar un lindo regalo a Mariana, pero hay un

problema ¡a ella nada le gusta! El cabello de esta muñeca es muy corto, el de

la otra es muy largo, se ríe de la nariz de uno de los payasos y le saca el sombrero al otro.

¡No! ¡No! ¡No!...No quiere nada, es un poco caprichosa. La vendedora desea

que se vayan, el padre está enojado ¡Y ni tamborcito se salva de las travesuras

de la niña!

¡Por fin se van! La vendedora se apura a cerrar, pero antes de irse, como todos

los días, cumple con una costumbre que tiene hace muchos años, saludar a

sus muñecos.

Ahora sí, ahora todo es silencio en la juguetería y por la calle no pasa nadie.

¡Este es el momento en que todo lo que parece no tener vida a la luz del día,

de a poquito empieza a despertar!

Las muñecas, las bailarinas y hasta los payasos Narizota y Patón se desperezan, ¡a

Tamborcito le cuesta un poco! ¡Vamos! ¡Vamos Tamborcito, le dicen los payasos! Le dan

cuerda y le hacen cosquillas.

¡Y ahora sí, comienza la gran función de los muñecos!

(Música para las acciones de los payasos y Tamborcito. Baile y rondas de las muñecas y bailarinas. Sobre el final de la ronda entran dos nenes – con cartones, ropa humilde – desde la vidriera observan lo que sucede)

¡Muñecos! ¡Cuidado!...Los están mirando.

(Los muñecos se avisan unos a otros. Quedan congelados. Dos muñecas les

abren la puerta. Entran tímidamente. Se escucha: “Lo juguetes y los

niños”(Vivencia). Todos cantan (incluso alumnos de otros grados) y los

muñecos junto a los nenes juegan al ritmo de la música. Se abrazan y terminan cantando.

Tamborcito golpea su tambor.)

¡Amanece! ¡Amanece! Grita Tamborcito. Los nenes se despiden con la promesa de encontrarse al día siguiente para vivir este maravilloso espectáculo que sólo con ojos de niño se puede ver. ¡Shhh! Todos en silencio. Llega la vendedora que, un poco cansada, piensa: ¡Otra jornada de trabajo en este lugar en el que nunca pasa nada! Y como todos los días, desde hace muchos años, saluda a sus muñecos.

Pero hoy…hoy pasa algo especial, algo que no puede explicar y se queda meditando lo que dijo el poeta: “Lo que vemos aquí es solo una corteza, lo más importante es invisible.”

(Los muñecos hacen, detrás de la vendedora que mira al público, movimientos lentos. Con la última palabra “invisible” quedan detenidos)

(Saludo final)


¿Vas a representar con tu grupo alguno de los textos que te propongo? ¿Me contás? ¡Me encantaría saber cómo resultó la experiencia y, tal vez, pueda ir a verlos!

martes, 19 de julio de 2011

Retribuciones Infinitas

Esta historia es una muestra de lo que puede llegar a ser un ser agradecido cuando se encuentra con otro bien nacido.

Ella vivía en el 7mo A y él en el 7mo B. Buenos días, buenas tardes, buenas noches cordiales y formales era lo que se dijeron durante más de un año; hasta la noche que la señorita Valente descubrió con horror que no tenía azúcar y después de mucho pensarlo tocó la puerta de su vecino.

– Claro que tengo azúcar -dijo el señor Del Río mientras le entregaba un paquete sin abrir.

Y que es mucho, y que no, y que sí. Finalmente la señorita Valente se llevó el paquete entero. La torta le salió muy rica, pero la atormentaba una idea: “cómo devuelvo este favor.” Finalmente decidió regalarle a su vecino una canasta con alfajores, dulce casero y caramelos de azúcar quemada.

– Ah, no puede ser, yo sólo le dí azúcar y usted me trae estas exquisiteces hechas con sus propias manos.

Él no pudo dormir esa noche engolosinado y pensativo: “cómo hago para retribuir estos manjares”. El destino lo ayudó a ser generoso. A los pocos días salían juntos del edificio cuando la señorita Valente se resbaló e iba a caer de panza, cabeza y cuello, ¡todo al suelo!; pero el señor Del Río, con una agilidad producto de su agradecimiento, se tiró al piso y sirvió de colchoneta humana. Sanita de cuerpo entero quedó la vecina y quebrado por todos lados el señor Del Río.

Como muestra de gratitud la señorita Valente sacó licencia en su trabajo para curar y alimentar las 24 horas a su vecino que estuvo enyesado varios meses. Él se recuperó satisfactoriamente de las cicatrices externas, pero tenía una gran fisura interna que no lo dejaba respirar: “me juro a mí mismo y por todos mi agradecidos antepasados que cuidaré a la señorita Valente cuando enferme”. Para desgracia del buen hombre, la vecina era muy sanita, pasaban los meses y nada le ocurría. Él se esmeraba en ayudarla: estornudaba en la nariz de la mujer y pagó a todos los vecinos del edificio que tuvieran gripe, varicela, paperas, empacho o calambres para que pasaran por la casa de la señorita Valente y le dejaran microbios, dolores o malos pensamientos. Se gastó fortunas, ¡pero esa mujer tenía unos anticuerpos bien gordos, no se agarraba nada!

–No me queda otra -dijo afligido el señor Del Río y, movido por un sentimiento generoso, le tiró a su vecina una maceta en la cabeza.

Los primeros auxilios, acompañarla al doctor, curarle las heridas y pasar noches en vela fueron algunos de los cuidados que el bueno de Del Río le suministró a su vecina.

Infinitamente agradecida la señorita Valente lo invitó a cenar a un restaurante.

Ella pagó el lechón arrollado.

Él pagó las copas heladas.

Ella invitó con un café.

Él con unos licores.

Ella compró los bombones.

ÉL las medialunas y el café con leche.

Ella el copetín de media mañana.

Regresaron casi al mediodía en condiciones horripilantes, con los botones desprendidos. La extralimitación en los agasajos culinarios la sufrieron todos los vecinos, las lámparas temblaron y las paredes se rajaron cuando él se acostó en su camita y comenzó a desinflarse. En cuanto a la señorita Valente, tuvo que dormir parada para eructar a gusto. Los vecinos pensaron que un terremoto y los truenos de todas las tormentas de verano se habían dado cita aquella mañana.

Entre retribuciones y temblores se comprometieron formalmente. Continuaron jugando a “pago lo que te debo”.

– No puedo ir a jugar al fútbol, debo pintarle el departamento a mi amada.

– Tengo que acompañar a mi amado a comprarse un peluquín.

– Debo estar en el cumpleaños de su abuela y en el casamiento de su prima.

– Debo ir al velorio de su amigo.

– Y comprar escarbadientes para limpiarle el ombligo.

Así viven. Él da y ella espera. Ella da y él espera. Ella se brinda con reservas. Él se reserva la opinión de lo que espera. Él siente displacer en complacer. A ella le complace padecer.


sábado, 16 de julio de 2011

La Juguetería



Este texto lo llevamos a escena en 1996 con alumnos de 7mo grado (12-13 años). Fue una experiencia muy interesante, donde los chicos se comprometieron con los ensayos, hicieron carteles de propaganda, programas, ambientaron un aula (con la colaboración de un grupo de padres) para transformarla en una pequeña sala de teatro donde se hicieron muchas funciones para los alumnos de toda la escuela.



Hace unos días me reencontré con uno de aquellos niños-actores que hoy es un joven que se dedica al arte y está por estrenar su primera película como Director. Son reconfortantes esas miraditas hacia el pasado, para sonreír cómplices por lo compartido y darnos aliento para seguir.



Gracias a todos los que compartieron esa experiencia!!! Si vos sos uno de esos pibes quiero que sepas que estoy muy agradecida...




PERSONAJES: Vendedora - Padre - Madre - Nena - Payaso 1- Payaso 2 - Tamborcito - Ositos - Soldaditos- Muñecas - Bailarina - Chicos





(En gradas, que simulan la estantería de un negocio, hay niños en rígida actitud de muñecos. Una mesa con papeles para envolver, una caja registradora, dinero, cinta y otros elementos propios de un comercio completan la escena.)



Vendedora _ (Mira la hora en su reloj.) ¡Las diecinueve ya!¡Qué rápido se ha pasado el día! Bueno, por hoy dejo de hacer cuentas ... Antes de irme voy a dar una repasadita a estos muñecos. (Toma un plumero y les sacude el polvo mientras tararea una canción. Llega un matrimonio con su hija)


Padre _ Buenas tardes.


Vendedora _ Buenas tardes, ¿qué deseaban?


Madre _ ¿Ya estaba por cerrar?


Vendedora _ No, no ... no se haga problema ¿Qué querían ver?


Padre _ ¡Ah! (suspirando) vaya uno a saber, ¡hace más de dos horas que recorremos jugueterías y esta chica que no se decide!


Madre _ No es para tanto creo, lo que pasa es que mi marido es muy exagerado y muy impaciente. (Se dirige a la vendedora que sonríe sin saber qué decir.)


Padre _ ¿A usted le parece que soy impaciente? (La vendedora sigue con la misma actitud.) Yo trabajo todo el día, no estoy para estas pavadas, en mi época la cosa era distinta, se aceptaba lo que decían los padres. (Mientras tanto la nena ha recorrido toda la juguetería, ha movido algunos juguetes, sus piernas y cabezas, mientras salta entre las estanterías.)


Madre _ ¡Nena tené cuidado que te vas a lastimar!


Padre _ Y vas a romper algo.


Vendedora _ (nerviosa.) ¿Qué les parece si pasamos a mirar? Porque buscan, supongo, algún juguete para la nena ...

Madre _ Sí...sí...¿Ya miraste querida?

Nena _ Sí ma...pero estos juguetes no me gustan...¿no tiene un jueguito para la compu?

Padre _ Mirá qué hermoso este payaso, nunca tuviste uno.

Nena _ No me gusta, tiene unos pelos que parecen plumeros.



Madre _ (Festeja lo que dice su hija.) Ella siempre con esas salidas.



Vendedora _ ¿Y esta muñeca querida?, mirá qué linda es ...

Nena _ Pero ya tengo dos muy parecidas que además mueven la cabeza, me las regalaron para el cumple.

Padre _ (Impaciente) Pero a vos nada te viene bien.

Madre _ Bueno, en eso que dijo tiene razón, si ya tiene dos para qué quiere una más.

Padre _ Acá la única razón valedera es que tiene todo, de to-do. En mi época...

Madre _ En mi época (imitándolo), ya nos tenés cansado con tu época, no creo que haya tenido nada del otro mundo. (Mientras discuten han tomado a la hija de la mano y se van sin saludar.)

Vendedora _ (Enojada y hablando sola) Hasta luego, ¡qué modales...! Y bueno, son cosas del oficio, qué rutina, siempre lo mismo; limpiar estos muñecos que se llenan de polvo, hacer cuentas, en fin...(Guarda el plumero, se pone el saco y se cuelga la cartera, saca una llave, sale y cierra la puerta. Se detiene en la vidriera) ¡Qué sucios están estos vidrios!, mañana los voy a tener que limpiar, por hoy es suficiente.

(La vendedora se va. Algunos muñecos comienzan a moverse, gesticulan, bostezan, se desperezan.)



Payaso 1 _ Chist, chist... (Trata de despertar a los demás muñecos, mueve a alguno de ellos.) ¡Vamos amigos, ya es hora de despertarse!, dejen estas camas duras y a jugar. (Salta de la estantería y va a buscar al otro payaso. Lo toma de la nariz.) ¡Vamos Narizota, vení a hacer algunas piruetas así despertamos a estos dormilones!



Payaso 2 _ (Salta de la estantería) ¡Sí dale, vamos! Y que Tamborcito nos acompañe. ¡Tamborcito! No seas haragán, levantate y ponele música a esto.(Tamborcito se baja de la estantería, con mucho trabajo)

Tamborcito _ Ya voy ... ya voy (se pone al lado de los payasos y se da vuelta para que le den cuerda.)

Payaso 2 _ Te doy mucha cuerda porque esta noche va a ser muy larga y divertida.

Payaso 1 _ Ustedes también vengan (llama a los ositos) ayuden con sus platillos. ¡Esto va a estar buenísimo! (Los osos bajan corriendo.) ¡Ahora sí, todos listos! Señoras y señores (mira a los muñecos y al público) comienza la gran función de los Payasos Narizota (señala a su compañero) …

Payaso 2 _ Y Patón (señala al payaso 1), las estrellas de la noche.

Payaso 1 y Payaso 2 _ ¡Un, dos, tres, comienza la función...! (Tamborcito y los osos tocan sus instrumentos. Los payasos saltan, dan vueltas, uno se sube a caballito del otro y viceversa. Casi todos los muñecos acompañan con palmas. Los soldaditos se unen y comienzan a marchar. Aplauso general.)



Bailarina _ (Mientras se peina) ¿Ustedes a este gran bochinche le llaman ¡Gran Función!? ¡Qué disparate!, y pensar que me despertaron por algo así.



Payaso 1 _¡ Cuándo no la vanidosa! Qué disparate...qué disparate.



Payaso 2 _ ¿Vos tenés algo mejor para hacer?, ¿eh?, ¿eh? Te queremos ver.


Payaso 1 _ ¡Sí!, ¡sí! ¡La queremos ver! ¡La queremos ver! (Los demás lo apoyan)


Todos _ ¡La queremos ver, la queremos ver, la queremos ver!


Bailarina _ ¡Qué tontos que son! Por qué no se miran en el espejo (lemuestra su espejo) y van a ver lo que parecen. ¿Ustedes se creen que yo voy a bailar en este sucio lugar?

Algunos _ ¡Uh! ¡Que se vaya! ¡Qué fantasma! (Risas burlonas. La bailarina adopta un aire ofendido.)

Muñeca 1 _ ¿Y a vos dónde te gustaría bailar?

Bailarina _ En un teatro, con muchas luces y una alfombra roja. Que toda la gente me aplauda.


Muñeca 2 _ Tal vez, un lugar como éste se puede convertir en un teatro, con un poco de imaginación.

Bailarina _ ¿Te parece? (Dudando.)

Muñeca 4 _ ¡Claro que sí, hay que poner un poco de ganas y de alegría y las cosas feas o mediocres se pueden transformar en cosas maravillosas!

Payaso 1 _ ¡Bravo!, ¡bravo! ¡Eso me gustó, se merece un aplauso! (Todos aplauden.)


Muñeca 5 _ Yo quiero presentar el número. (Se sube a una silla.) Y ahora, en el gran teatro...en el gran teatro...¿cómo podría llamarse el
teatro?


Tamborcito
_ ¡Colón!

Muñeca 5 _ En el gran teatro Colón, la más grande, la más mejor...


Muñeca 1 _ No se dice la más mejor...dejame presentar a mí... (La saca de la silla y se sube ella.)

Muñeca 6 _ Cuando no ella queriendo lucirse, todos tenemos derecho a jugar.


Muñeca 1
_ Bueno, si querés, vení a hacerlo vos.

Muñeca 6 _ No, ahora no. (Ofendida.)

Muñeca 3 _ Bueno, basta de pelear y a presentar de una vez el espectáculo.


Muñeca 1
_ Señoras y señores: con ustedes la Primera Bailarina del Teatro Colón. Un fuerte aplauso para recibirla.


(Las muñecas 2 y 3 la toman de las manos y baja la bailarina. Todos aplauden. Música de fondo. Comienza a bailar tímidamente. Primero se suman las muñecas y luego el resto de los muñecos. Los payasos se hacen los graciosos. Tamborcito casi no puede moverse con su gran tambor. Los soldados bailan entre ellos saliendo de su postura rígida, uno se dobla un pie, todos se ríen. Mientras tanto, en la vereda, tres chicos descalzos, con la ropa sucia y rota, están peleando entre ellos por unas monedas. Uno de ellos descubre a los muñecos que están bailando y llama a los demás que dejan de pelearse. Se sientan sobre un cajón de lustrabotas y miran, desde la vidriera, lo que sucede en el interior del negocio. De a poco se entusiasman con lo que ven y comienzan a aplaudir y moverse al compás de la música.)


Muñeca 6 _ (Se acerca bailando a la vidriera y ve a los chicos. Retrocede un poco asustada y toca a los demás muñecos.) Chist, chist...silencio, miren, miren ... ¡callate payaso!...quietos ...


(Todos se van quedando quietos y miran sorprendidos para afuera. Los chicos los saludan con la mano con total naturalidad. Algunos juguetes saludan tímidamente. Desde la posición que han quedado conversan.)


Osito 1 _ ¿Quiénes son...?

Muñeca 1 _ Unos chicos ...¿no ves...?

Osito 2 _ Sí, pero de dónde salieron.

Muñeca 2 _ No se de dónde habrán salido, pero parecen muy contentos de vernos bailar.

Muñeca 3 _ ¿Te parece que están contentos?, de sólo verlos te das cuenta que no deben ser muy felices, como esos que nos compran para jugar.


Payaso 1
_ Mirá que van a comprar una muñeca de porcelana como vos. ¡supongo que les debe gustar más una pelota! (Algunos se ríen)

Muñeca 3 _ (Enojada) ¡Tampoco les debe gustar un mamarracho de trapo como vos!



Muñeca 6 _ Bueno basta, no es momento para discutir, tendríamos que hacer algo lindo para alegrar a los chicos.


Osito 4 _ ¡Eso me gusta a mí! ¿Qué podríamos cantar?

Muñeca 2 _ Se me ocurre una, dice así ... (Comienza a cantar “Los Juguetes y los Niños”, de Vivencia)
(Los demás se van sumando a la canción. Se acercan a los chicos y los invitan a jugar. Hacen un tren mientras cantan otras canciones y recorren la sala y el escenario. Invitan a algunas personas del público a jugar.)

Tamborcito _ (Cuando termina de cantar toca fuerte el tambor.) ¡Amanece, ya amanece! ¡Todo el mundo a su lugar!

Soldado 1 _ ¡Vamos, vamos, antes de que la gente nos vea!

(Todos salen corriendo y se ubican en los lugares donde estaban inicialmente, en la misma postura)

Bailarina _ Chau chicos, me gustó jugar con ustedes. Fue más divertido que bailar en un gran teatro.

Payaso 1 _ Regresen mañana, prometo despertar a todos para jugar ( La escena queda en silencio. Los chicos se van. Entra la vendedora)


Vendedora _ Buenos días queridos muñecos. (Mira a los costados) ¡Si alguien me escuchara diría que estoy loca! ¡A quién se le ocurre hablar con muñecos ...!



FIN (de lo que puede ser un comienzo... no cerremos el telón)



miércoles, 29 de junio de 2011

TODOS TENEMOS UN ÁRBOL

Todos tenemos un árbol

guardado en rasguños

invisibles de la piel

añejas ramas que treparon

nuestro cuerpo florecido


Todos tenemos un árbol

que pintarrajea el rostro

endulza los labios

y bailotea en la lengua

con sus frutos ofrecidos


Todos tenemos un árbol

cómplice

ocultando en su sombra

el fuego de los cuerpos

ardiendo en la copa


Todos tenemos un árbol

que en su corteza rugosa

grabamos el instante

breve de cupido

hundiendo la flecha

con tu nombre y el mío


Todos tenemos un árbol

que se inmola en la hoguera

en la mesa la silla

el libro y en las flores

que coronan el cuerpo dormido


Todos tenemos un árbol

para entregarle un día

el cuerpo muerto

a sus raíces vivas


Tihada/Ana Gracia

28/06/11

Día del árbol
2011 Año Internacional de los Bosques

lunes, 27 de junio de 2011

CaNtA cUáNtOs NúMeRoS cUeNtOs




Canta cuántos números cuentos


Me gusta esa mujer

que canta cuentos

que sale con su vestido

colo colorido

colorín colorado

como son las historias

que lleva en su valija

desde que era vieja

hasta que llegue a petisa

ella no va a parar

contando por aquí

cantando por allá

uno dos

cuentos para vos

tres y cuatro

hay cuento para rato

alegres o tristones

flaquitos y comilones

los cuentos son para todos

no son como esa gente

que borra con el codo

al que es diferente


Me gusta esa mujer

que cuentos números cuenta

que sale con sus mejillas

colo coloradas

colorín colorado

como son las historias

que lleva en su valija

desde que era canosa

hasta que llegue a morocha

ella no va a parar

contando por aquí

cantando por allá

cinco seis

cuántos cuentos tenéis

siete y ocho

cuentos derrocho

de princesas o campesinas

brujas y hadas madrinas

los cuentos son para todos

no son como esa gente

que borra con el codo

al que es diferente


Me gusta esa mujer

que cuántos números

cuentos canta

que sale con sus anteojos

colo colorados

colorín colorado

y ahora te toca inventar a vos

los números son infinitos

como los cuentos y los versitos

Texto: Tihada/AnaGracia

Ilustración: Pilar http://losenanitosdemicole.blogspot.com/

http://loslapiceros.blogspot.com/


¡Gracias Pilar por tus ilustraciones!

lunes, 20 de junio de 2011

GRACIAS PILAR!!!



Pilar, en su hermoso blog LOS ENANITOS DE MI COLE, me dejó este regalo


¡GRACIAS PILAR!


Agradezco a los que siguen visitando el blog y leyendo los cuentos, poesías, textos teatrales... que he dejado para compartir con ustedes.



Entrego este regalo a todos los blogs amigos que comentaron el cuento


"Espejos Destructivos"



Gracias y bendiciones para todos!!!



sábado, 2 de abril de 2011

RENDIRSE I: EsPeJos DeStRuCtIvOs

A Margarita la siguió un espejo hasta su casa. Lo dejó entrar porque le gustó el movimiento de las cejas y el lunar cerca de la oreja. Era tan parecido a ella que lo invitó a tomar licor de chocolate y él decidió apoyarse en la pared, frente a la puerta del baño y ahí se quedó.
– Qué pelo ondulado -dijo el espejo a las pocas horas de estar allí -me gusta el pelo lacio.
– ¿Te parece? -dijo Margarita y corrió a la peluquería.
– Dientes amarillentos. Margarita fue al dentista. 
 – Uñas largas. Margarita se las cortó. 
 – Uñas cortas. Margarita se puso uñas postizas que las podía usar como espadas.
– Piernas largas. Antes de cortárselas Margarita pensó una solución menos drástica, por lo tanto más inteligente: salir a buscar otro espejo.  
Espejo Ovalado se fue rodando hasta el dormitorio. Desde allí la observaba al despertarse.
– Tenés los ojos hinchados y la almohada dibujada en la mejilla derecha… snif… ¡y ese olor a patas!  
Eso tienen de malo estos espejos modernos, pensó Margarita, vienen con el sistema olfativo desarrollado. Y como no hay dos sin tres, ni tres sin cuatro, ni cuatro sin cinco…¡Margarita llenó su casa de espejos de diferentes formas y tamaños! 
 – Estás muy delgada -decía el minúsculo espejo que estaba sobre la repisa. 
 – ¡Hay que hacer dieta! -gritaba el espejo que la miraba desde el cielorraso del comedor.  
- ¡Bastaaa! -gritó Margarita.  
Los cientos de espejos estallaron en millones de pedacitos. Salieron por la cerradura, dieron una vuelta por la ciudad y regresaron. Eran avispas de vidrio volando, dispuestas a clavar la punta y hacer una herida y otra más. Se detuvieron. Levitaron unos segundos y adquirieron forma humana. Este espejo formado por mil partes, con su misma forma, igual cadera, el mismo largo de los brazos, idéntico grosor de las piernas…acompañaba a todas partes a Margarita y cada uno de esos minúsculos espejitos opinaba.  
En la panadería:
­ – Las facturas engordan. 
 – Hay que darse los gustos en vida. 
 – Si te vas a comer un alfajor, comé diez.  
– No es cuestión de pasar de la nada al todo, ¡equilibrio mujer! 
En el trabajo:
– Siempre a las corridas.  
– Es temprano.  
– Qué suerte tener un trabajo así de aburrido  
– No se vive para trabajar (espejo especialista en frases hechas)  
Al sol  
A la sombra  
De noche  
De día  
En cuarto menguante  
En cuarto creciente  
Días pares  
Días impares  
Los diálogos entre cada espejo-espejito, en todo momento y lugar.  
– ¡Silencio! 
Margarita lo único que logra romper es el silencio. Los espejitos de colores no se rompen así nomás. Llora, no se inmutan. Zapatea, bailan al compás. Margarita se rinde. No discute más con cada parte, no implora, no ruega, no dice, no lucha. Se rinde. Deja que digan, que estornuden, que opinen. Y ahí van los espejos enjuiciadotes:
– Un chal rojo con vestido verde no queda bien.  
– ¿Ir a una fiesta vestida así?  
– Sí, está bien, es de día.  
– Pero es fiesta. 
 – Mucho brillo.  
– El adecuado.  
– Poco color.  
– Mucho color.  
Los pedacitos de espejo se cortajean hasta dividirse en infinitas partes que no pueden reflejar nada, nada, nada. Margarita camina triunfalmente rendida.