domingo, 18 de marzo de 2012

Árbol Perenne

El 21 de marzo es el Día Mundial de la Poesía y para los que vivimos en el hemisferio sur comienza el otoño. Ese día o durante el transcurso de la estación, decidimos intervenir artísticamente el paisaje otoñal con la poética dando vida y color, en base a la siguiente consigna:


Por cada hoja que muere
nace un poema


Se propone acercarnos a diferentes textos poéticos, letras de canciones de autor y del cancionero popular de distintos lugares del mundo. Las poesías serán elegidas por el coordinador, por los niños y sus familias. Se realizan diversas actividades con los poemas. Algunas ideas: 
Coros poéticos,  representación corporal de los poemas, cantarlos, decirlos variando el tono de voz, la intencionalidad...


(Imagen de la web)
Se eligen los árboles que hay en el patio de la escuela, o en la vereda o en  una plaza cercana.  Se cuelgan los móviles poéticos de las ramas de los árboles. Las sugerencias para hacer los móviles te las propone Sandra en Mi Sala Amarilla


El árbol otoñal, con sus hojas-poesías está listo para que se realice una presentación a otros chicos, padres, maestros y/o transeúntes que pasean por la plaza. Alrededor del árbol se realizan rondas, juegos, danzas recitando diferentes poemas.
Los espectadores de esta intervención instantánea, poética y fugaz (como es el ciclo de la vida y sus estaciones) tomarán una hoja-poesía al azar que les quedará como recuerdo de la vivencia. Si los que reciben las poesías son compañeros de otras aulas, podrán realizar con sus respectivas maestras alguna actividad artística basándose en los textos que recibieron y en otro momento presentar lo creado. Tal multiplicación creativa puede ser compartida en el próximo cambio de estación: invierno.


Entre los adultos también se pueden hacer intercambios poéticos,  para que los chicos los vean disfrutar de la poesía, porque es placentero hacerlo y porque siendo parte de los acontecimientos crecemos todos. Es muy valioso que el coordinador se dé la oportunidad de entrar en situación.


Se sugieren variantes para otras estaciones del año:


Invierno: Poesía para calentar el alma  los móviles pueden ser llamas, ¡claro, en la poesía hay tanto fuego!


Primavera: Poesía en continuo renacer  plantar flores-poesías o colgar de los árboles flores, frutos, mariposas… todos ofrecen poesía


Verano: Poesía: luz y vida  (regalar soles poéticos, por ejemplo, a los padres que vienen a buscar a los niños a la salida de la escuela; elegir un aula o recorrer el barrio llevando poesía, es decir llevando luz y vida a los vecinos


Les dejo esta poesía que tiene ganas de trepar algún árbol, vestirse de hojas,  fueguitos, mariposas, soles… según en qué lugar del mundo la atrape un lector-creador que es quien le da sentido, pausa, cadencia, sentimiento a la palabra y le permite seguir estando viva en todas las estaciones del año y de la vida

El secreto de la perennidad

Hay un árbol misterioso
caen sus hojas
y emergen poemas
que cantan en los nidos
y se retuercen en las ramas
eternas diademas verdes

El árbol derrite con su canto
nevadas emociones
las letras son su savia y sustento
y aunque parezca muerto
en la nostalgia invernal vive

Se calientan sus ramas
escucha risas y rondas
suelta alborotado el cabello
y renace en primavera
vital y enamorado


Esplendorosa luz
se cuela por las rendijas
de su abundante copa
huele a frutos y flores
alimento luminoso ofrece
y atrevido y maduro
despliega la sombra


Se entrega  a transitar
todos los ciclos
este árbol que cambia
y es perenne
querés poseer su secreto
nace en la raíz
se desliza en su tronco
  una sensual poetisa que lo ampara
de la impiedad del mundo

Tihada/Ana Gracia

Invito a todos los que quieran cubrir el paisaje de poesía a sumarse con esta propuesta u otras y contar la experiencia


Gracias Sandra por este nuevo Intercambio Creativo!!!


sábado, 10 de marzo de 2012

Te invito a viajar

Atchís sigue volando
cuidado que anda por acá
y de repente está allá...
¿querés ver si lo que te digo es verdad?



GRACIAS A CATI Y A LOS PEQUES!!! 


Y acá pueden ver su primer viaje


viernes, 9 de marzo de 2012

8 DE MARZO - DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER



Video streaming by Ustream


A las mujeres que danzan, sufren, ríen, sangran
y, a veces, todo al mismo tiempo


NOCHE DE CARNAVAL

11 de febrero. En el espejo del viejo ropero se reflejaba la imagen de una joven mujer, casi una niña, pelirroja, blanca y regordeta. Sus pecosas manos apretaban con fuerza los barrotes de la cabecera de la cama. Pujaba, sudaba, esperaba y volvía a pujar. El chirrido de la cama se perdía entre sus lamentos. Una morocha, bajita y morruda, entró a la habitación.

-Parece que ya es la hora, m’ hija -dijo mientras se lavaba las manos en una tina descolorida- llegué un poco tarde porque a la Celestina se le dio por parir también hoy.
La mujer pelirroja no parecía escuchar sus explicaciones, sólo quería pujar y pujar.
- Si no me apuro lo tenés sola, a mí ya ni me necesitás.
Se arremangó la blusa y con decisión, casi bruscamente, abrió las piernas de la mujer.
- Ahora sí, tomá aire y sacá como con bronca, pero poné la fuerza abajo m’ hijita, como vos sabés... eso, así, así... ¡ La que sos fuerte y eso que no sos india!
La mujer sonrió, pero enseguida tuvo que apretar los labios obligada por una contracción. Después cerró los ojos y se tomó con más fuerza a los barrotes del respaldo que pedían a gritos piedad.
Piedad, una palabra poco usual donde la vida es dura como los callos de los dedos que raspan la batea, como las miradas que reflejan sueños inconclusos transformados en angustia y rabia. Oscura rabia.
- Ahí está -dijo tranquilamente la Tomasa- ya se ve la cabeza, lo demás es como pelar papas para vos.
Afuera la música ensordecedora, el aire caliente, las cortas polleras, los minúsculos corpiños de tela brillosa y barata intentaban, a fuerza de baile y sudor, despertar al pueblo de una larga siesta. Sólo el carnaval parecía un buen motivo para seguir estando vivos.
Un último esfuerzo. Nació. Tez blanca y cabello oscuro.
- ¡Tiene pelos pinchudos! ¡Qué parados, che! ¡La sangre de tu marido puede! -y agregó como al pasar, mientras cortaba el cordón- es mujer.
Esas palabras recorrieron los vientres que hacían movimientos rápidos, circulares e insinuantes. Bailaban con la fuerza de quien quiere desprenderse del pasado, las escobas y los mocos de sus hijos. Bailaban como si alguien les hubiese prometido algún milagro si sudaban bastante o lo hacían para sentirse (aunque sólo fuera por aquellos días) el centro de atracción. Recorrían las calles haciendo alarde de sus fornidos muslos y cuando pasaban ante el jurado desplegaban toda la gracia y energía que tenían para lograr un momento de felicidad con el Premio Mayor que les iba a alcanzar para pagar las lentejuelas, la tafeta y las alpargatas compradas en oferta.
Afuera el baile, adentro el dolor y la sangre. La roja sangre que caía sobre una toalla percudida y una sábana vieja, desteñida y mil veces zurcida. En la palangana la Tomasa tiró todo lo que sobraba y preguntó:
- ¿Ya está el agua?
Entonces entró otra mujer, tan joven como la parturienta, pero flaca -casi desnutrida- a la que le llamaron Juana. Cargaba una olla con agua caliente, demasiado grande para su esmirriado cuerpo. Volcó agua sobre un fuentón, metió su brazo, hizo un gesto de desaprobación y agregó agua fría. Sumergió a la niña en el agua. La pequeña gritó, gritó y gritó... era lo único que sabía hacer, único signo de estar viva. La comadrona sacó a la recién nacida de la habitación y se la entregó a un hombre delgado y morocho que fumaba un toscano.
-Tomá, es mujer.
No hubo felicitaciones, ni luces rosas. Sólo eso, un “es mujer” que chocó contra las paredes asentadas en barro cocido, recorrió el corredor y se repitió en las escobas de las vecinas, en las tetas de las madres de leche, en el hilo de coser y en las vaginas de las quinceañeras que ya habían parido más de una vez.
Afuera no permitieron que ese sórdido anuncio penetrara los oídos. El nacimiento de una mujer ocurría todos los días en el barrio, en cambio la música del corso una vez al año. Sacudían las maracas con impulso feroz hasta provocar chispas y quemar sus cuerpos junto al Rey Momo. Ahuyentaban con humareda el sufrimiento. Había que bailar en la comparsa o tan solo ponerse una careta, pero de alguna manera lograr ser otros. Los hombres tirando de los carros y las mujeres cargando con los chicos. Las viejas arrastrando las várices en las últimas vueltas, pero abandonar jamás, era una cuestión de honor quedarse hasta que dejara de alumbrar el último foco de color.
El padre se acercó con la hija en brazos hasta la bomba donde la abuela sacaba agua. “Es mujer”, dijo y su voz sonó a lamento. Ella lo miró sin dejar de bombear .
-¿Cómo le va a poner?
- Doña Tomasa quería ponerle Divina, pero la madre no quiere, ¡ya veo que es una muchacha horrible y eso de Divina va ser para la risa de todos! Le gustó el nombre que se le ocurrió a Juana.
Aquella calurosa noche de febrero, llegó sin pan bajo el brazo y con una boca que quitaría a otros el pan. Las luces del corso la iluminaron y le dieron su nombre. Luz.

TIHADA


GRACIAS MARÍA FRASCARA!

http://radio-unangelparatusoledad.blogspot.com/