miércoles, 30 de junio de 2010

¡ACÁ TÁ...NO TÁ MAAA!

De la serie de cuentos "¡Acá tá...no tá maaa!", hoy les presento:

LA ESENCIA DE SATURNINA

La señora Saturnina Grimal era conocida en toda la ciudad por su apego a la escoba. Una fama bien merecida, porque no la dejaba ni cuando recibía visitas, con una mano cebaba mate y con la otra sostenía la escoba con la destreza de una malabarista. Todo un arte.
Cuando se iba acostar dejaba la escoba apoyada en la mesa de luz y a la mañana lo primero que veía era a su compañera de tareas. Antes de sacarse las lagañas, la señora Grimal barría toda la casa, porque ella aseguraba:
– Los duendes, las muñecas, los fantasmas, el Ratón Pérez y su familia llenan de migas la cocina y dejan pisadas por aquí y por allá.
A su marido y a los niños los hacía desayunar levantando los pies del suelo así podía barrer alguna miguita que se escapaba entre el bigote del esposo o la bolita de moco que tiraban los mocosos.
El señor de la señora Grimal se afeitaba acompañado por su esposa que barría los pelitos en el aire, antes de que tocaran el piso. En realidad barrer en el aire era la especialidad que más la distinguía, rara vez la migas, los cabellos y las pelusas llegaban a rozar el suelo porque Saturnina tenía una excelente motricidad fina, estiraba el brazo, ponía la escoba en posición horizontal y absolutamente todo, hasta los micro microbios se estrellaban contra las pajas de la escoba.
Acompañaba a su familia hasta la puerta del edificio, bajaban por el ascensor así barría el piso. El señor de la señora Grimal hacía upa a los dos niños y levantaba un pie y luego el otro para que Saturnina pudiera barrer bien. Luego despedía a su familia en la parada de colectivos saludándolos con una mano y con la otra barría el techo del refugio y el cartel del 307 .
Desde la parada hasta el edificio pasaba la escoba por todas las veredas de la vecindad porque si había hojas en la casa del vecino el viento en cualquier momento las traería a la suya. Lo mismo hacía en la de al lado de la de al lado y al lado, ¡ufa qué agotador!, daba vueltas la manzana y en otoño media ciudad la veía barriendo veredas.
Saturnina Grimal barría.
Barría el techo, las paredes, las ventanas, las lámparas, los espejos.
Barría los sueños, la diversión, la risa, las ganas de estar tirados, los bostezos.
¡Barría con todo y con todo barría!
Dichosa era la vida de Saturnina hasta aquella mañana que abrió los ojos y no vio a la razón de su vida: la escoba. Despertó a su marido para contarle la tragedia ocurrida, pero el señor de la señora Grimal no era un hombre capaz de prever la dimensión de ese acontecimiento, por lo que contestaba entre ronquidos:
– Estará jugando a la escondida con la bolsa de basura.
Saturnina fue a comprobarlo, pero la bolsa estaba aprisionada en el tarro como la habían acostumbrado. Saturnina buscó y rebuscó en la heladera, debajo de las camas, adentro de los roperos. La llamaba con desesperación:
– ¡Dónde estás escoba de mi corazón!
Los gritos despertaron a todos los vecinos y desde el primero P hasta décimo D buscaron la escoba de Saturnina y para consolarla decidieron prestarle sus escobas, pero…¡nadie las encontró!
– ¡No hay escobas en todo el edificio! –dijo haciendo puchero la señora Grimal y fue al supermercado con su camisón floreado, las medias tres cuartas y las chinelas.
– ¿Escobas? –dijo extrañado el vendedor- ¿no se enteró que están agotadas?
– ¿Usted quiere decir cansadas?
– Seguramente cansadas también, sobre todo la suya -murmuró el vendedor.
– Para mí es una huelga de escobas –comentó una vecina alarmista- y quién sabe hasta cuándo seguirán, por tiempo indeterminado dice el informativo.
– ¡El informativo! –dijo la señora Grimal y corrió a su casa a prender el televisor.
Un periodista vestido de traje y corbata de seda sostenía en una mano el micrófono y en la otra una escobilla de baño. Con una seriedad que espantaba, dijo:
– Hemos encontrado una escobilla, el señor Martínez Palomeque la vende o hace un trueque por un auto color turquesa y vidrios polarizados. Los interesados llamar al teléfono que figura en pantalla.
La señora Grimal estaba feliz, anotó temblorosa los veintitrés dígitos en su mano. El locutor anunció un corte y ella aprovechó a llamar. Ocupado…ocupado… “¡no puede ser, llamé enseguida, la escobita será mía…mía...” Mientras Saturnina discaba en el televisor aparecía otra vez el señor de corbata, pero sin la escobilla, corriendo agitado por las calles.
– Acaban de robar el objeto en cuestión, vamos detrás de los malhechores… fueron por aquí… no acá…. Los vimos subirse a la chimenea…no, no, estaban colgados de la antena, uno se fue por los cables…una quiero decir, era mujer...
El señor Martínez Palomeque lloraba y la señora Grimal también, lloraba y lloraba, no quería hacer nada más que llorar. Llegó la noche y se le había agrandado el lagrimal de tanto llorar, más que lágrimas lanzaba gotones sobre la ventana de su casa, entonces miró el cielo, estaba reluciente, como de fiesta. Saturnina rogó a Saturno y al resto de los planetas:
– Una escoba por favor, la vida sin escobas no es vida.
A la señora Saturnina Grimal le estaban por desaparecer los ojos en las fauces agrandadas del lagrimal cuando vio lo que vio: ¡un millón de escobas, escobillas, escobillones de todos los modelos y colores! Ziz, zaaaz, pasaban a toda velocidad ziiiiz zaaaaz. Una escoba estacionó en su ventana y toc, toc golpeaba invitándola a subir. Más allá se habían estacionado cientos de escobas y alcanzó a ver unas siluetas saludándola.
– ¡Vamos Saturnina, animate de una vez a ser lo que eres!
Un chaparrón de caramelos recordó a Saturnina que era ¡noche de brujas! Sin pensarlo dio un salto único, desesperado, alegre, estupendo, aterrado, y subió a la escoba, su eterna compañera.
– ¡Saturnina ven acá, Saturnina a dónde vas! -le pareció escuchar desde la Tierra.
–¡Voy a barrer el anillo de Saturno, a recorrer el espacio, a encontrarme con mi esencia ancestral!



(Como no hay final para los cuentos, éste tampoco lo tendrá. Termino por ahora de narrarles y una noche les muestro la poesía que le han hecho a Saturnina otras brujas que todavía no se animan a volar)

TIHADA

martes, 29 de junio de 2010

II CONGRESO INTERNACIONAL DE LITERATURA PARA NIÑOS

II Congreso Internacional de Literatura para Niños: Producción, Edición y Circulación
24, 25 y 26 de Agosto Biblioteca Nacional Cdad. Autónoma de Buenos Aires.
Última semana para presentar ponencias (hasta 1/7)
Quienes deseen participar como Expositores deberán enviarla previamente para ser evaluada.
Quienes deseen participar como Asistentes deben enviar la ficha de inscripción para reservar la vacante y proceder al pago del arancel.

El principal objetivo del II Congreso Internacional de Literatura para Niños: Producción, Edición y Circulación es abrir la reflexión acerca del campo de la literatura para niños en Latinoamérica, su producción, circulación y estudio. Así como también brindar un espacio de encuentro latinoamericano e internacional sobre las últimas producciones teóricas y críticas del campo. El mismo tendrá lugar los días 24, 25, 26 y 27 de agosto de 2010 en la Biblioteca Nacional de la Argentina, organizado por Editorial La Bohemia. Puede ver más información en el blog http://www.hostmailing.com/login/class/link.php?id=wrespootsrroursou&url=aHR0cDovL2NvbmdyZXNvbGlqLndvcmRwcmVzcy5jb20v

lunes, 28 de junio de 2010

TEXTO TEATRAL PARA EL 9 DE JULIO

Unas palabras...
(a los maestros y a los que quieran representar un texto teatral con un grupo de niños)


Propongo una serie de textos teatrales que tienen la característica de poder ser representados por los chicos. Digo esto porque hay excelentes obras infantiles de grandes dramaturgos pero, generalmente, no son para ser interpretadas por los niños, entonces cuando el docente quiere hacer una representación con sus alumnos se encuentra con este inconveniente. Otra dificultad estriba en que algunas piezas interesantes tienen pocos personajes y en las escuelas se cuenta como mínimo con treinta alumnos por curso y la idea es que participen todos o al menos todos los que lo desean. La particularidad de los textos que les presento en el apartado "Teatroblog" es que tienen personajes colectivos, por ejemplo en “La Miseria” los diablos pueden ser siete o veinte; en “Sangre y Tierra” puede variar el número de inmigrantes al igual que los campesinos en “Lejos de Buenos Aires”, por mencionar algunos de los textos. Se facilita así la tarea del docente/coordinador que decidirá el número de personajes de acuerdo a la cantidad de participantes.

Los personajes colectivos también son positivos para aquellos niños con más inhibiciones y que nunca han querido participar en una obra se animen a hacerlo porque intervienen como parte de un grupo. Otra característica de los textos es la posibilidad que tiene el coordinador de adaptarlas o suprimir escenas sin que se pierda el sentido total. Por ejemplo, en “Sangre y Tierra”, la historia del abuelo puede reducirse y el docente elegir qué situación no incluir, puede sacar la escena del conventillo e ir directamente al trabajo rural, o suprimir la escena de los partidos políticos o la que presenta una familia con muchos hijos, dependerá del número de alumnos.

En qué ocasiones presentar las obras puede ser una pregunta que surja. Es evidente la respuesta en algunos de los textos, como “Lejos de Buenos Aires” para el 9 de Julio; pero otros, como “Sangre y Tierra” puede ser trabajado específicamente para recordar a los inmigrantes, pero también es adecuado para el día de la familia o el de la tradición; “Ramas que no se Talan” es un texto que lo podemos relacionar con el cuidado del medio ambiente, el respeto a la naturaleza, etc.; pero no hay que dejar de lado la importancia que se le da al tema del crecimiento en los diálogos que mantienen los adolescentes. Por otra parte, y si bien ese no es el conflicto central, aparece la relación entre los obreros y el capataz, que se puede vincular con los derechos del trabajador y dialogar si hechos similares ocurren en la realidad.


Para sintetizar, lo que un texto dice, quiere decir o deja entrever es inagotable, dependerá más de quien lee que de quien escribe. Un lector avezado, un coordinador inquieto, un maestro que no se queda en la superficie bien sabe que, liberados al juego de la interpretación y la asociación libre, podemos dejar al descubierto cosas que ni el propio dramaturgo sospecha.
En este punto cabe aclarar que algunos textos están pensados para actos escolares pero el teatro bajo ningún punto de vista debe quedar encadenado -como suele suceder en la escuela- a las efemérides, cualquier momento es propicio para presentar una obra.


Estos textos son un puntapié inicial. Todas las adaptaciones que realicen con su grupo, escenas que surjan de creaciones colectivas, etc, serán bienvenidas. También es una excelente oportunidad para incluir a los padres que acompañen en la preparación de la escenografía e incluso actuar, especialmente con los más pequeños, en esta obra, por ejemplo, el Hada Madrina y el Mago pueden ser representados por adultos. Personalmente me sentiré muy satisfecha de saber que han representado algunos de estos textos y la manera de enterarme es que ustedes compartan la experiencia.


Antes de concluir, aclaro que el resto de las obras que se han subido las pueden leer en la sección de Teatroblog o haciendo clic aquí:


http://cuentosdetihada.blogspot.com/search/label/TEATROBLOG

Más material para trabajar el 9 de Julio lo encontrás en el blog de Sandra Luz:
http://salaamarilla2009.blogspot.com/

¡Hoy se abre el telón para presentar...



"LEJOS DE BUENOS AIRES" !



PERSONAJES :
Hada Madrina. Mago. Niño 1, 2, 3. Cochero. Bueyes. Congresales. Campesinos. Campesinas. Niñas.


(Los chicos envían mensajes por celulares, tienen un control remoto o el teclado de una computadora )

Niño 1 -Estamos muy aburridos.

Niño 2 - ¿Qué podemos hacer? Ya jugamos con la compu...

Niño 3 - Miramos tele...

Niño 2 - No se me ocurre nada.

Niño 1 - (Suspira) Si alguien nos diera una idea.

(Entran el Hada Madrina y el Mago. Música. Bailan.)

Hada Madrina - ¡Hola chicos! (no la ven) Acá estoy ...acá ¿quieren qué los ayude?

Mago - ¡Yo también puedo ayudarlos!

(Los chicos se sorprenden)

Niño 2 - ¿Y qué pueden hacer por nosotros?

Hada Madrina - ...Puedo mostrarles paisajes e historias lejanas con un simple toque de mi varita mágica.

Mago - ¡Y yo puedo mostrarles las cosas que sucedieron en cualquier tiempo y lugar con sólo colocarles mi estupenda galera! (tiene una galera muy llamativa.)

Niño 3 - ¡Podemos volver al pasado!

Hada Madrina - ¡Así es!

Niño 2 - Eso no puede ser.

Mago - Si se ponen la galera (se la saca) podrán ver cosas increíbles.

Niños 1, 2 y 3 _ ¡A ver! ¡A ver! ¡Me la quiero poner! ¡Yo! ¡Yo!
(Todos hablan al mismo tiempo. El mago se la coloca al Niño 1.)

Mago - ¿Qué ves?

Niño 1 - Nada.

Hada Madrina - (Hace un gesto con su varita) ¡Mirá para allá!

(Por el pasillo central entran los Congresales y un cochero que guía la carreta y conduce a los bueyes representados por niños)

Niño 1 - ¡No lo puedo creer! (al público) ¡Miren! ¡Miren cuántos hombres con galeras!

(Los bueyes hacen piruetas, se acercan al público. La carreta se detiene en la mitad de la sala.)

Niño 1 - También veo un largo camino de tierra y grandes bueyes que tiran de la carreta.

Hada Madrina - Como los caminos eran muy malos se podía tardar más de noventa días en un viaje que hoy hacemos en un día.

Niño 2 - ¡Yo también quiero ver! (se pone la galera) Pero...(sorprendido) ¿en qué época estamos?, ¿a dónde va esa gente?

Mago - Estamos en 1816 y esas personas son los Diputados de casi todas las provincias que van al Congreso de Tucumán.

(Entran por la izquierda, respecto al público, un grupo de campesinos/as con canastas, comida, mate y gauchos con guitarras.)

Niño 3 - (Se pone la galera.) ¿Y toda esa gente?, ¿qué hace?

Mago - Como se tardaba tanto en llegar, a lo largo de los caminos había unos paradores que ofrecían a los viajeros diversos servicios, un lugar
donde comer y dormir, y un refugio para que descansaran los animales.

(Los diputados dejan la carreta, los bueyes se acuestan en el suelo a dormir. Gauchos y paisanos bailan una chacarera. Otros ceban mate. Al terminar el baile, con los pañuelos en alto gritan “¡Viva la Independencia!”. Todos responden “¡Viva!”.)

Mago - Cuando los diputados llegaron a Tucumán se encontraron con una ciudad muy pintoresca, en el centro había casas coloniales y en los
alrededores ranchitos de barro y paja, árboles frutales y flores por
todos lados, por eso a Tucumán se la conoce como el “Jardín de la República”

(Entran niñas con canastos con flores y frutas que reparten entre el público y adornan el proscenio y la escalera por donde subirán los Congresales.)

Niño 1 - (Se pone la galera) ¡Qué bueno! Veo naranjos y mucha gente en
Tucumán recibiendo a los Diputados.

(Suben los Congresales al escenario.)

Mago - La casa de Bazán pasó a ser la más famosa y allí sesionaron durante varios días los Congresales. Narciso Laprida presidió el Congreso. Ahora vamos a hacer mucho silencio porque vamos a ver un acto muy importante en la historia de nuestra Patria.

Hada Madrina - En la mañana del nueve de Julio de 1816 se realizó la reunión esperada por todos. Se redactó el Acta de la Independencia que fue impresa en tres lenguas: aymará, español y quechua. Fue
firmada por los veintinueve diputados presentes. Escuchemos:

(Se lee un fragmento del Acta de la Independencia.)

Diputado - “...¿Juráis por Dios Nuestro Señor y esta señal de la cruz promover y defender la libertad de la Provincias Unidas de Sudamérica y su independencia del Rey Fernando VII, sus sucesores, metrópoli y toda otra dominación extranjera?”

Todos - ¡Sí! ¡Juro!



TIHADA TE ENTREGA PARTE DE LA MAGIA, EL RESTO LO HACÉS VOS, PORQUE PARA QUE UN TEXTO SEA UNA OBRA TEATRAL NECESITA DE USTEDES: LOS ACTORES Y SU CREATIVIDAD, LA PUESTA EN ESCENA Y EL PÚBLICO.

¡Y CIERRO EL TELÓN

HASTA LA PRÓXIMA FUNCIÓN!



domingo, 27 de junio de 2010

NIDOS DE LECTORES

De la Cátedra de la Universidad Nacional de Mar del Plata recibo esta información que comparto con ustedes





sábado, 26 de junio de 2010

PALO Y BOLSA

Una bolsa llena
de polenta fideo y arroz
Una bolsa que cuelga
de un palo torcido

Para seguir siendo bolsa
contiene
para seguir siendo palo
sostiene

Se te caen las babas
se me cae la cara
estás revolviendo
basura en mi casa

La bolsa, tu vientre.
El palo, tu cuerpo.

miércoles, 23 de junio de 2010

COMO EN EL BARRIO

En los octavos de final...un cuento de fútbol

Con Agripino somos amigos hace muchos años, de pibes, de la época que mamá nos hacía la pelota de trapo y salíamos a jugar al baldío. Después de mucho pedir a los Reyes, a su Ángel de la Guarda y a cuanta persona le preguntara ¿qué querés para tu cumpleaños?, finalmente le llegó a mi amigo el esperado regalo de manos de su tío: una número 5 de cuero impecable.
Los primeros días Agripino no la quería prestar, ni él la usaba, la limpiaba con un trapito y la tenía guardada debajo de su cama. Para mí que dormía con ella, pero nunca lo confesó porque lo íbamos a cargar toda la vida. Yo estaba desesperado por jugar con una pelota de verdad, como la de los jugadores profesionales, así que tenía que convencerlo de que la sacara que no se iba a engripar.
– Dale che, traé la pelota, dale…Sabés la de amigos que vas a tener, hasta el Roberto va a querer jugar con vos y vas a poder decidir todo, pero todo eh, hasta cuánto dura el partido, porque si vas perdiendo te llevás la pelota y se acabó.
Esas y otras cosas le decía todos los días mientras nos aburríamos sentados en el cordón y la pelota seguía debajo de la cama. Él también tenía muchas ganas de jugar con la de cuero, hacía más de siete años que la pedía, mientras tanto los bollitos de papel, piedritas, cascotes, las frutas caídas de los árboles…cualquier cosa que encontráramos en el suelo era una bendición del cielo que nos permitía armar un partido.
Finalmente, después de una de las largas peroratas que le hacía sobre las bondades de ser el dueño de la pelota, la sacó. Qué tesoro hasta entonces inalcanzable, brillaba más que el sol del verano, ese que te enceguece y tenés que cerrar los ojos. Pero nosotros, y no es por agrandarme eh, podíamos jugar con los ojos cerrados, hasta sonámbulos. A la pelota no la veíamos, la olfateábamos, la presentíamos. Eso que dicen que tienen las mujeres, el sexto sentido, eso teníamos nosotros cuando jugábamos. Del Agripino y de mí les hablo, el resto del grupo era bueno pero necesitaba ver, nosotros de espaldas al arco sabíamos de qué lado estaba el arquero, y preveíamos para dónde se iba a tirar. Agripino me hacía un guiño como si estuviéramos jugando al truco y yo sin mirarlo -para despistar a los del otro equipo- sabía con absoluta certeza que me estaba por dar el pase y llegaba a mis pies mansita la pelota, como un caballo que si lo sube otro corcovea, pero con Agripino y conmigo estaba a gusto, y no era para menos, después de cada partido la limpiábamos y quedaba como recién comprada.

Agripino la llevaba siempre debajo del brazo y la acariciaba, como hacen algunas señoras con esos perritos chiquitos con olor a perfume, que los llevan a la peluquería, igual, la escena era la misma, si hasta en invierno mi abuela le tejió una bolsa de lana donde la metíamos. Nosotros andábamos sin medias, nos tenían que obligar a bañarnos con el agua helada de la bomba, pero a la Gordi -así la llamábamos- la cuidábamos como si se fuera a enfermar.
Ni les cuento en un mes la cantidad de amigos que hizo Agripino, incluido el nariz parada de Roberto y otros que vivían sobre la avenida, que ni sabíamos sus nombres, pero también venían a jugar. Estaban de incógnito porque si sus padres los veían jugando con nosotros se les armaba. Agripino pasó de ser “el piojoso” a “el dueño de la Gordi”, porque todos le llamaron así a la pelota de cuero.
Armábamos dos equipos bien definidos: los que vivían sobre la avenida y los de la calle de tierra. Ahora pienso que ganar era más que ganar un partido, era ganar el asfalto. Los botines y las alpargatas se unían en el partido y acortaban las distancias.
Mamá estaba extrañada, cada vez que iba a jugar al fútbol me mojaba la cabeza tratando de dominar mis pelos duros y preguntaba una y otra vez:
– ¿Y también juega con ustedes el hijo del dotor Mamfredi? ¿Y el nene de la maestra, de la señorita Salvatierra?
– Sí, mamá. Sí mamá -contestaba a desgano sin tener idea de quiénes me hablaba, mientras ella me peinaba como si fuera mi casamiento.
Lo peor era escuchar las recomendaciones:
– Por favor comportate, no vas a pegar patadas y dejar a alguno de esos chicos rengo, y ojo con la boca que ya te conozco como sos cuando te enojás, y si se arma lío te venís para las casas.
– Sí mamá. Sí mamá -repetía suavecito porque si la vieja se enojaba me quedaba sin jugar.
Las madres de antes y las de ahora se parecen en eso, si se enojan lo primero que te sacan es el fútbol.

Mamá decía "¿cómo esos chicos que tienen plata para tener muchas pelotas como esa vienen a jugar con ustedes...?" Ella no entendía que en un baldío donde le andábamos esquivando a los cardos, los charcos y los perros era más emocionante el juego.
Fue por esas tardes de siesta y pelota que pasó un episodio por lo que terminé tomando la Comunión.

El Patas Largas de la Avenida (así los identificábamos: el Rubio, el Pelo Parado, el Sin Diente…y siempre el agregado “de la Avenida”), propuso que fuéramos a jugar a la canchita de la escuela que él iba, quedaba como a veinte cuadras, dijo que no había problema porque los curas a esa hora dormían la siesta. Y fuimos. Lo que no sabíamos es que teníamos que saltar un tapial altísimo y era imposible, eso que con Agripino estábamos más acostumbrados a trepar árboles que a caminar por el piso. El Patas Largas de la Avenida conocía a la perfección el colegio, nosotros éramos visitantes.
– Vengan por acá que hay una puertita que a esta hora está abierta porque traen la mercadería.
– ¿Y por qué entran por acá? –preguntó Agripino
– Porque está el comedor, así que hagan silencio porque nos pueden ver.
Entramos. Sudé más que en los partidos, teníamos que contener la respiración y hasta era peligroso el ruido de las alpargatas cuando rozan el suelo.

Valió la pena el terror. La canchita parecía un estadio monumental, de esos en los que juegan los equipos profesionales, hasta gradas había alrededor porque -según nos contó el Sin Diente de la Avenida- “acá se juegan intercolegiales y viene gente de todo el país”. Nosotros se lo creímos porque in-ter-co-le-gia-les sonó importante, pero no quise preguntar qué quería decir para no pasar por burro. Con Agripino estábamos tan asombrados con lo que veíamos que los otros cada vez se agrandaban más con las explicaciones y ni unos ni otros vimos ni escuchamos nada, porque la percepción que teníamos con mi amigo solo funcionaba cuando jugábamos al fútbol. Cuando vi que el Patas Largas se achicó varios centímetros como para desaparecer entendí que algo pasaba.
– El padre Carlos, estoy muerto –dijo el Patas Largas, que en ese momento quedó petisito.
Un sacerdote se acercaba haciendo volar la sotana. Cruzó la cancha y se detuvo en el centro. Nos hizo una seña con el dedo para que fuéramos hacia donde él estaba. Obedecimos. Me temblaba la panza, sí, sola latía, como si el corazón hubiera bajado a los intestinos. El cura tenía la espalda ancha y ojos oscuros. Nos devoró con la mirada y caminó alrededor de nosotros inspeccionándonos. Cuando pasó al lado del Patas, dijo:
– Mamfredi, Mamfredi.
Así me enteré el apellido y que era el hijo del doctor del que tanto hablaba mamá.
Después con otro gesto le pidió la pelota a Agripino. Ese momento fue tremendo, era la despedida de la Gordi, presentíamos que no la íbamos a ver más. Yo tenía ganas de llorar y a Agripino se le cayeron las lágrimas cuando la entregó. Él me jura que no, hasta hoy dice que no, pero lo vi, hasta le temblaba el labio inferior por aguantarse de no llorar a los gritos como hacen las mujeres, de no suplicar “déjeme a mi Gordi, por favor “.
El cura puso la pelota en el piso y nos miraba desafiante, “y ahora quién me la saca, quién se atreve” –decía el pie firme sobre la de cuero.
¡Quién se la iba a sacar!, lo que queríamos era irnos por la puerta, saltando el tapial o volando desde el campanario, pero irnos. Entonces el Padre Carlos habló:
– Mamfredi, ¿usted fue el de la idea?
– Sí, Padre.
– ¿Y el resto estuvo de acuerdo?
– Sí…sí…-casi inaudible la confesión sin confesionario.
Pensé en todas las oraciones que me iba a tener que aprender, en las horas que iba a tener que pasar arrodillado en el maíz y todo eso era mejor a que mi madre se enterara, y el doctor que era el padre del Patas y la señorita Salvatierra y…todos pasaron por mi cabeza, entonces sentí un arrepentimiento feroz, una debilidad que me decía “echale las culpas a los de la Avenida”. Pero la voz del Padre me salvó de ser un traidor.
– ¡Y si han venido a jugar juguemos entonces –gritó el cura- vos Mamfredi al arco y el que pueda que me saque la pelota!
Un espectáculo celestial se desarrollaba ante mí. El Padre se arremangó la sotana que volvió a flamear como las banderas en la cancha mientras gambeteaba como solo en mi barrio sabíamos hacerlo.




Otras entradas sobre cuentos de fútbol:

http://cuentosdetihada.blogspot.com/2010/06/video-cuento-rodar-que-todos-ruedan.html#comments

Y SANDRA LUZ gana por goleada brindando muchísimas actividades para trabajar con los más chicos, con los más grandes, en el jardín, la escuela, la biblioteca, para compartir en familia... ¡Hacé clic en el enlace y a disfrutar con todo lo que nos propone!

http://salaamarilla2009.blogspot.com/2010/06/mas-ideas-para-trabajar-el-futbol-en-el.html#comments















martes, 22 de junio de 2010

EL LLAMADO

¡Ave María quién llama!
el roce incansable de la mano
buscando el hueco preciso del alma
donde acomodar angustias
y reposar miedos lejanos

¡Ave María quién camina!
el solitario embajador del cielo
poblado de antorchas y recuerdos
que hace vibrar los resortes del pecho
para que escapen los sueños antes del incendio

¡Ave María quién busca!
el rayo fugaz de los días
que ha venido a dar la extremaunción al pasado
a sepultar la exaltación penosa
de las sombras nocturnas

¡Ave María quién pasa!
el Don de los caminos
que roba el bastón de las dudas
y dicta certezas antes que se escurran
en el andar trabajoso de los tiempos

martes, 15 de junio de 2010

VIDAS EN PARALELO

La vida se me antoja primavera
vapor escapado de la boca
primer llanto
el asombro ante un sonajero que soy yo
Yo sonajero mano madre
Todos uno
uno solo
La vida unión de cuerpos
respirando ritmos acompasados
latidos únicos

El perro la flor el pez
vos vivo vos muerto todos uno
en el maravilloso acto de lo eterno
en la escena única de la vida
que no acaba ni empieza
es existencia infinita
encuentro de almas-cuerpo
y almas-almas siempre eternas
confundidas por la carcasa que envejece
empecinada en ocultar el jovial sentido de la existencia


La vida se presenta en paralelo
vos-yo una convención
vivimos bellamente entrelazados
latiendo en la palabra que al unísono decimos.

jueves, 10 de junio de 2010

VÍDEO CUENTO: A RODAR QUE TODO RUEDA

Me encanta ir a contar cuentos a la Sala Amarilla de Sandra Luz. Esta vez tenía que contar una historia que rodara, ¿se imaginan sobre qué...?

SANDRA preparó la clase en su blog con mucho entusiamo, eligiendo imágenes, música, actividades relacionadas con el tema y muchas ideas para hacer el vídeo.



Los invitamos a mirar y, aquellos que lo quieran compartir, nos encantaría saber cómo fue la experiencia. Gracias!











Por esta época mi papá toma actitudes extrañas, pero en casa ya nos hemos acostumbrado.
Papá va al mercado y trae una bolsa llena de uvas, limones, manzanas, papas, cebollas… Mamá dice:
– ¡No trajiste nada de lo que te pedí! ¿Y las bananas, la lechuga, el perejil, las zanahorias…?
– No sé -dice papá mientras da cabezazos a los limones y los acomoda en la frutera o emboca de taquito las cebollas en el canasto de las verduras.
Lo bueno es que mamá no tiene que pensar qué comida preparar, porque papá almuerza todos los días albóndigas con papas noiset y los mates los acompaña con unos buñuelos riquísimos que prepara la abuela o compra berlinesas en la panadería. Cuando vamos al kiosco pide caramelos media hora, ¡y más vale que tengan, porque sino nos tenemos que recorrer la ciudad buscando caramelos redonditos!
A mamá con el correr de los días se le empieza a inflar la cara como un globo que está a punto de reventar y papá no se da cuenta que es porque está cansada con esta historia de que todo en su vida tiene que tener forma de pelota.
Hasta los mimos de papá cambian.
– Ay qué lindos cachetitos redonditos, parecen una…
– ¡Ya sé una pelota! –dice enfadada mami.
– ¿Cómo te diste cuenta que iba a decir eso? -pregunta papi poniendo cara de sorpresa.
Mamá se muerde los labios y dice “aaammm”. Papá la abraza:
– ¡Venga para acá mi media pelota!
– ¡Tu media naranja! –lo corrige mamá.
Él acepta gustoso la corrección porque las naranjas también ruedan.
Lo que se pone complicado por esta época es que papá nos ayude -a mí y a mi hermanito- a hacer los deberes. A Martín le enseña las letras así:
– La P es un palito con pelota, la Q es una pelota con palito, la D es media pelota y la reina de las letras es la O ¡porque es una pelota perfecta!-dice entusiasmado papá.
El resto del abecedario no se lo enseñó y con los números pasó lo mismo, le mostró el 6, el 8, el 9 y por supuesto el 0.
Todo esto sucedía con cierta naturalidad en casa, hasta la tarde que llegué de la escuela preocupada porque no había entendido nada de un tema que la seño nos dio. Dejé la mochila y dije:
– ¡Hoy tengo que saber cuáles son los parientes de las palabras!
– ¿Qué? –dijo mamá con gesto de entender menos que yo, y eso que ella es grande.
Después de mirar el cuaderno y llamar por teléfono a un compañerito, mamá entendió qué tenía que hacer y se lo explicó a papá para que me lo enseñara a mí, porque ella se iba a gimnasia acuática. Cuando nos quedamos solos con papi hicimos tranquilos la tarea.
– Vamos a escribir la familia de la palabra pelota: pelotita, pelotero, pelotazo…
Y así seguimos con flechitas pintadas con fibras de colores que unían a los familiares entre sí. La tarea estaba terminada pero papá se inspiró en la palabra gol y emocionado decía “gol, goleada, golazo, goleador, Ma… Maradona…” ¡Y una lista de goleadores que ocupó como diez renglones!
Yo guardé el cuaderno en la mochila, pero cuando vino mamá antes de cenar quiso ver lo que habíamos hecho.
– ¡Qué es esto!, ¡qué es esto! –gritaba.
– ¿Qué pasa querida?, ni que hubiéramos hecho un gol en contra –dijo chistoso papá.
Intenté explicarle a mami:
– Escribimos sobre la familia de …
– ¿Familia? ¡Qué familia tengo yo! -decía mamá mientras borraba con tanta fuerza que desintegró la goma e hizo un agujero en la hoja.
– Con lo lindo que había quedado -se lamentó papá espiando por el agujero- lo único bueno que el orificio es redondo como si lo hubiera traspasado…
– ¡Una pelota! –dijimos a coro con mi hermanito.
Mamá después de este episodio hizo una reunión familiar (de humanos no de palabras) y dijo:
– Si esto sigue así, hasta que pase el mundial me voy a vivir a una casilla rodante.
Terminó de decir la frase y al ver la cara de felicidad de papi se dio cuenta del error.
– ¡Magnífica idea! –gritaba papá mientras daba vueltas carnero y como un bicho bolita recorría el comedor- ¡toda la familia nos vamos a vivir a una casita que rueda!
Y así lo hicimos. Hasta que termine el mundial de fútbol en casa todos vivimos sobre ruedas redondas que ruedan como una pelota y, por lo que veo por la ventanilla durante los entretiempos, todo el mundo anda sobre pelotas que ruedan redondas como ruedas de una casilla rodante.

MANOS DE HADA



Recibo este regalo de unas generosas Manos de Hada, las de JUANI

En su blog pueden ver su magia...
http://juanimaestrainfantil.blogspot.com/

Y es una gran alegría entregárselo a todos los que sueltan su creatividad, ilusión, arte...todos ustedes que se atreven a jugar y soltar su espíritu inquieto...

A todos los que me sorprendieron gratamente porque sueltos sueltos sueltos dejaron sus palabras en POESÍA SUELTA

¿Vos sos uno de ellos? Entonces aquí está mi regalo, llevalo en agradecimiento a tu soltura que me dio el impulso de seguir soltando historias...

LOS ABRAZO!

miércoles, 9 de junio de 2010

POESÍA SUELTA

Suelta el delirio
sale sin permiso
no acepta indecisos
ni razonamientos
azul en el aire
o roja en el fuego

Suelta suelta suelta
anda en la protesta
marrón de tierra
se aburre y se embarra
suelta suelta suelta
anda en toda fiesta

Niña de palabras
que quiere jugar
uniendo lo cierto
con el desconcierto
si uno se atreve
a decir por goce
o pura inconciencia
voces que se clavan
saltan se destraban
abren los barrotes
y también escotes
cierran el camino
al que anda con tino
porque ella canta
ríe y se desangra

Suelta suelta suelta
anda en la protesta
blanca en la nube
se escurre como agua
suelta suelta suelta
anda en toda fiesta

viernes, 4 de junio de 2010

RAYEN - CÜYEN

Cuando EVA leyó el relato “¿Cuándo prefiere visitar a Rayen?” Se le ocurrieron otras “cíclicas metamorfosis” porque la creación en sí es una bella transformación de colores, palabras, paisajes… que resuenan en nuestra alma y hacen surgir brotes que más tarde se multiplicarán para dar nacimiento a otros retoños y así hasta el infinito...
Con esta idea del arte como multiplicación creativa en constante movimiento surge una nueva sección “Historias de otras Historias”.

Como Rayen y Cüyen con EVA hemos traspasado la cordillera para unirnos en la creación-juego y el afecto. ¡Gracias EVA, es un encanto realizar Intercambios Creativos con vos y disfrutar de este maravilloso texto, lleno de fantasía, ternura y excelentes descripciones!





Al otro lado de la cordillera, Cüyen buscaba afanosamente el hueso que días atrás había enterrado. Por más que aguzaba su privilegiada nariz no daba con el lugar y aunque enterraba su largo hocico esperanzada, su tesoro no aparecía. Desesperada, cavaba y cavaba, en un lugar y en otro y en otro. Sus patas hacían gala del don que la Madre Naturaleza les había entregado y a gran velocidad agujereaba la tierra dejando tras de si grandes montículos que, desde lejos, parecían esculturas en los faldeos del cerro. Exhausta, se echó con la lengua colgando y la respiración agitada. ¿Qué había sucedido con su olfato?. De pronto, se percató del intenso aroma que emergía de los numerosos hoyos que había hecho en su frenética búsqueda. Guau, que alivio -pensó moviendo el rabo- su olfato funcionaba como siempre ¿entonces, quién se robó mi hueso? gruñó al tiempo que soltaba un ladrido amenazador y de un salto se ponía en posición de ataque. Imposible, se respondió de inmediato. No hay vecinos perrunos a kilómetros de distancia. Volvió a echarse, desolada. El olor se hacía cada vez más poderoso, a tal punto que se corporeizaba y podía verse como de cada agujero emanaba un fluido denso y brillante. En todos sus años de canina experiencia, orgullosa de su olfatear infalible, jamás había perdido un rastro y tampoco había nunca olido nada ni semejante a lo que ahora invadía el ambiente y penetraba en sus fosas nasales de manera tan intensa. ¿Olor a flor?... sí, pero no, no totalmente... ¡a mar!, eso es, olor a mar... sí, pero no totalmente... flor y mar ¡pero también sol y luna y estrellas! ¡olor a nube y a piedra! sí... pero no, no totalmente ¡es el olor del cariño de mi amo, el de mi madre cuando era yo una cachorra, el de mis seis hermanos jugueteando y luchando por la leche de sus mamas!... sí, pero... Cüyen dio un enorme bostezo... poderes sedantes poseían aquellos efluvios aromáticos, así que dejando de lado sus divagaciones, se acurrucó entre dos boquetes y se durmió plácidamente.

Mientras deambulaba por los territorios del sueño, brotaron millares de flores blancas con haces plateados y pequeños círculos de amarillo refulgente, grandes ramilletes salían desde el fondo de la tierra y se acomodaban en cada agujero erectando sus pétalos que eran la perfecta réplica de una ola a punto de reventar. Corolas pletóricas, pistilos enhiestos, tallos turgentes, hojas con delirantes nervaduras estrelladas. Millares de piedrecillas en forma de nubes multifacéticas, fueron depositándose alrededor de este gigante y asombroso jardín. Cuando Cüyen alzó los párpados quedó pasmada de asombro.

Es que cuando un jardinero realiza su oficio con amorosa entrega tal y como cuida a su perra Rayen; y cuando ésta además tiene una lámpara lunar -maga de las transformaciones eternas- es posible que las semillas por él sembradas, guiadas por el sabio y cíclico fulgor del astro, hayan pasado de menguante a creciente de creciente a llena buscando bajo la tierra tan ávidamente como Cüyen a su hueso, hayan buscado -digo- una salida hacia el firmamento, con tanto afán, con tanta esperanza y dedicación; que es posible -sin duda- que las simientes atravesaran los colosales e impenetrables macizos andinos haciendo germinar el paisaje de este modo tan fantástico e insospechado.

Y así fue como Cüyen "La Luna" y Rayen "La Flor" se conocieron, pues cuando la primera sin poder moverse de la impresión, contemplaba este milagroso suceso emocionada, la segunda salió como una flecha de uno de los agujeros. La amistad que brotó entre ellas fue inmediata y a partir de ese momento -a pesar de las altas cumbres de Los Andes- cultivaron el vergel del juego y del afecto.

Pd: del hueso nunca más se supo. Pero eso no fue importante, porque el jardinero había corrido por los laberintos subterráneos detrás de su adorada perra y, siempre precavido, había traído huesos de sobra.

EVA MAGALLANES
http://lacalarealidadyficcion.blogspot.com/

Aclaración: Rayen nombre femenino de origen mapuche, significa Flor.
Cüyen nombre femenino de origen mapuche, significa Luna.