Angustias no va a darse por vencida, un día es pirata que se tapa un ojo y ve sólo lo que le conviene a su supervivencia, otro día es un payaso de sonrisa dibujada. Sara la reconoce porque detrás de los disfraces quiere filtrarse en algún pensamiento. Lima sus uñas y afila sus dientes para dar de baja al instante en el que la esperanza pueda colarse.
Estas mujeres se observan, estudia cada una el movimiento de la otra. Sara sabe que Angustias desea revancha y no va a esperar ese momento, tendrá que buscar a alguien que quiera oír el cuento que se hamaca en el inconciente esperando la puerta por donde salir disparado.
En la plaza una anciana sostiene su soledad con el bastón. Sara duda y dudando actúa:
–He venido a contarle un cuento.
–¡Tantos he escuchado!
–Otórgueme el honor de contarle el último.
–Sí, el último.
–Y sobre qué le gustaría escuchar.
–Un regalo de aniversario.
Angustias ríe, huele su triunfo. La anciana es provocadora y jactanciosa, no será fácil la misión de Sara.
–Aniversario de qué…cómo es el regalo…
–Regalo aniversario. Jovencita, las historias no se cuentan desde la razón, hay que expulsarlas sin temores porque aquella –dice señalando con el bastón a Angustias- está deseosa por devorarnos a las dos.
Sin perder más tiempo Sara liberó una voz que no reconoció como propia e hizo vibrar sus labios al narrar la siguiente historia.
LA VISITA
Miriam vio a través del visillo a esa mujer distinguida y abrió la puerta sin tomar precauciones. Ella traía un obsequio para Miriam y su esposo Rogelio que festejaban el aniversario de casados.
La pareja quedó atrapada en la agradable conversación de la mujer y la invitaron a cenar. Era casi de madrugada cuando se iba a retirar, pero Miriam propuso:
– Quédese a dormir, no se va a ir en una noche tan fría.
– Es verdad, hay mucha niebla y es peligroso andar a estas horas –asintió Rogelio.
La visita se quedó a pasar la noche. Al día siguiente amaneció lloviendo y por aquellos lugares los caminos de tierra se anegaban, era dificultoso transitar para quien no estaba baquiano, por lo tanto Miriam y Rogelio estuvieron de acuerdo en que la mujer se quedara hasta que pasara el mal tiempo.
La señora cambió su elegante ropa por unos pantalones de entrecasa que le prestó Miriam y a medida que pasaban los días pasó a ser un miembro más de la familia, arrastraba unas viejas chinelas, comía hasta dormir y dormía hasta comer.
Miriam y Rogelio empezaron a no sentirse cómodos con aquella presencia que ocupaba todos los lugares de la casa. Tuvieron una seria y prolongada conversación en la que decidieron que debían pedirle a la mujer que se marchara.
–Nos vamos de vacaciones –dijo Miriam.
–Esperamos amigos que vienen de lejos -explicó Rogelio.
La mujer sabía que eran falsos pretextos para que se retirara, pero ella estaba cómoda en aquella casa.
La lluvia inundó los campos bajos y el sol colaboró para secarlos. Se cosechó lo sembrado. El paisaje cambió sus vestidos, pero la mujer permanecía en la casa arrastrando los días con sus viejas chinelas.
Miriam empezó a gritarle y Rogelio hasta empujones le dio a la intrusa, pero ella esperó que pasara la furia y llegara la aceptación. Y así fue. La pareja consintió finalmente que tendrían que vivir con esa señora de la que no conocían ni su nombre.
–¿Cómo se llama? –preguntó resignada Miriam.
–Rutina.
–¿Y a qué se dedica?
–A entregar obsequios en los aniversarios de casados.
Y sacó una caja musical que…
La anciana interrumpió el relato de Sara y dijo:
– Que al abrirla recitaba:
Búscame entre la hierba
o detrás del arcoiris
Búscame que yo te busco
desde que renació Osiris
–¿Y usted cómo lo sabe? –se asombró Sara.
–Porque yo también recibí ese regalo hace muchos años para mi aniversario- respondió la anciana y se despidió de su último cuento.
Y Angustias se arrastraba comiendo pasto para soportar los dolores que retornaban a ella cuando Sara liberaba la palabra.
Hola!! Acabo de regresar después de un corto viaje...(¡para espantar la rutina!)estoy algo cansada pero al ver que ya estabas publicando el segundo cuento no pude resistirme,pasé y quedé atrapada nuevamente por la historia!Me encantó!!
ResponderEliminarAhora, sí me voy a dormir tranquila...
Buenas noches y felices sueños!
Hola Sandra!
ResponderEliminarGracias por dedicar tu tiempo a pasar a leer a pesar del cansancio.
Y espero que en tu viaje hayas logrado espantar a La Visita!
Me acordé de vos mientras leía el cuento antes de subirlo, ¡para no cambiar el nombre!jaja!
Y Felices sueños también para vos querida Sandra!
ABRAZOS!
Pobre Sara! menudo trabajo tiene que hacer...
ResponderEliminarCúantas veces le abrimos la puerta a desconocidos que llegan con bellos regalos? cuántas veces dejamos filtrar intrusos/as a nuestra vida... a nuestra mente, visitantes insistentes disfrazados y elocuentes...
Que NO se queden a vivir por favor! jaja
Abrazosss Tihada!!!
Hola Adriana!
ResponderEliminarEs verdad, todos alguna vez tenemos Visitas desagradables, pero que sean pasajeras!
Esto de la transitoriedad me recuerda a aquello de cambiar el SER (de tal manera) por el SENTIR. Uno no Es rutinario, en todo caso Siente (en este presente)que la rutina lo quiere invadir... y así con cada emoción ¿cambia la perspectiva?
ABRAZOS!!!
Tihada, te invito a conocer un blog de amigas, muy interesante.
ResponderEliminarhttp://mujeresconstruyendo1.blogspot.com
Abrazos!
Que bonito!! Realmente muy bueno. tus cuentos son muy atrapantes.
ResponderEliminarSaludos
Que maravilla de cuento, que bien reflejada la rutina que está en nuestras vidas y es difícil deshacerse de ella, aunque queramos. Un abrazo
ResponderEliminarAhora voy para allá Adriana! Gracias por la invitación!
ResponderEliminarBesote!
Hola Gaucho!
ResponderEliminarEstá bueno esto de quedar atrapados por el arte, en cualquiera de sus manifestaciones,como Sara para huir de Angustias o de la Rutina!
Gracias Gaucho!
Un abrazo!
Hola Carlos!
ResponderEliminarVos me parece que sabés espantarla con tus excursiones y las acuarelas!
Gracias por tus palabras y te felicito nuevamente por el premio!
¿La página de las excursiones (ya anduve por ahí) la escribís vos? ¡No te podía ubicar en las fotos, jaja! Voy a pasar a leer con tiempo.
ABRAZOS!!!
–¿Cómo se llama? –preguntó resignada Miriam.
ResponderEliminar–Rutina.
–¿Y a qué se dedica?
–A entregar obsequios en los aniversarios de casados.
Y sacó una caja musical que…
Como es cierto que poemos dejarnos atrapar por esa, que entra calladita, calladita, y se acomoda a gusto para quedarse...si no la sacuden...
excelente, como siempre
mis abrazos
QUERIDA ADELFA!
ResponderEliminarEs reconfortante tu lectura minuciosa, cómo te detenés en cada frase, ¡un lujo!
¡Y sí Adelfa, vamos a sacudirla antes de que la intrusa se instale!
Gracias!!!
Un gran abrazo!
Tihada, gracias por tu visita a mujeres....no lo hice para inflar mi ego, jajaja, es una manera que tienen las chicas para que se conozcan los espacios y compartir conocimiento.(aunque en el fondo se siente bien cuando a alguien le gusta lo que hacés jaja)
ResponderEliminarAbrazo!!!
Me gustó el blog Adriana, y claro que es agradable que valoren lo que hacemos!
ResponderEliminarABRAZO!
Hola Tihada,,,,excelente y maravilloso cuento de principio a fin!!!te felicito amiga,,,,como siempre un gusto leerte!!!!Besitos y feliz Semana Santa...
ResponderEliminarVamos Sara todavía..dos a cero.ja..la verdad Tihada reingenioso este cuento..es atrapante..te felicito!
ResponderEliminarMigue
Hola Ilusión!
ResponderEliminarAgradecida con tus lecturas y cada uno de tus comentarios!
Mis mejores deseos para vos en Semana Santa, un encuentro con nuestro propio Renacer.
Abrazos!
Hola Migue!
ResponderEliminarSí, parece que Sara va a vencer a Angustias, aunque ¿le alcanzará con la palabra?...umm, no sé.
¡Gracias Migue!
Un abrazo!!!
Tienes un encanto especial para escribir, pues nos atrapas con cada historia que vas relatando. La rutina nos invade, es cierto y aveces ni nos damos cuenta,somos presos de nosotros mismos...
ResponderEliminarSiempre imagino los personajes y el paisaje, esta vez imaginé la plaza y la anciana.
Besos
Esmeralda
Hola Esmeralda!
ResponderEliminarQué bueno tenerte como lectora!
Los trabajos que vos y Aillen hacen con los chicos son brillantes, cómo estimulan la creatividad en ellos, por eso no me extraña que imaginés los paisajes, personajes y situaciones al leer!
Tengo una intriga...¡cómo es esa plaza y esa anciana!
Un gran abrazo!