En las noches estrelladas de verano
tal como ésta, en la que me encuentro,
me viene el recuerdo de otras noches
que pasaron hace mucho tiempo
-Mamá ¿Damos un paseo?
-Está oscuro, no veremos
-Hay luna llena que ilumina todo el cielo.
Y las dos mujeres se adentran
paseando tranquilas y sin miedo
por el camino de las acacias
que llega a lo alto del cerro.
Las luciérnagas y los grillos las acompañan
con su dulce cantar estivalero,
la luna juega al escondite
entre las ramas de los árboles viejos.
Una estrella se corre en el cielo
y la madre le cuenta a la hija
historias de su infancia,
de sus veranos en el pueblo.
Rodeadas de naturaleza
las dos mujeres disfrutan del momento.
Bañado su cuerpo en plata
intentan después, conciliar el sueño.
Pilar Argés
SOBRE MI MADRE
Cuentan que en su juventud fue una mujer muy guapa, aunque mi memoria la recuerda cuando ya había perdido la tersura de su rostro y en sus manos empezaban a aparecer las huellas del tiempo y el trabajo. Aunque su corazón estuviera triste siempre se afanaba en mantenernos contentos y atendidos. Su verdadera belleza residía en su corazón.
¡Cómo me emociona pensar en aquellos día lejanos de mi niñez, cuando ella trajinaba en sus quehaceres mientras yo jugaba feliz ajena a sus preocupaciones y desvelos!
¡Con qué viveza aparecen en mi memoria aquellas tardes que transcurrían en su compañía, escuchando su cálida voz mientras me enseñaba a tejer!
¡ Ah, sus manos habilidosas para entrelazar los hilos, siempre tejiendo sin parar y nunca quietas, se fundieron con las mías en el último adiós, con un abrazo infinito y eterno que nada ni nadie ha conseguido romper!
No era mujer de escándalos ni de grandes alborotos, era dulce y suave, y todo lo envolvía de calidez.
Adoraba los momentos que compartía con ella conversando, haciéndole partícipe de mis éxitos, de mis fracasos, que fueron también los suyos.
Siempre tenía la palabra justa o el comentario apropiado que lavaba mis heridas
A medida que pasan los años puedo ver más claro su reflejo al mirarme en el espejo y por mucho tiempo que pase, siempre que algo bueno o malo pasa en mi vida, siento la necesidad y el deseo irrefrenable de contárselo y hasta puedo adivinar su expresión e imaginar su respuesta.
Pero pese a los años de ausencia, sé que ella está a mi lado siempre.
Una parte de mí intuye que existe un cordón umbilical que siempre nos mantendrá unidas, en la vida y en la muerte.
¡¡¡Gracias, madre, por esos treinta y nueve años de amor sin condiciones!!!
Autora: Pilar Argés
tal como ésta, en la que me encuentro,
me viene el recuerdo de otras noches
que pasaron hace mucho tiempo
-Mamá ¿Damos un paseo?
-Está oscuro, no veremos
-Hay luna llena que ilumina todo el cielo.
Y las dos mujeres se adentran
paseando tranquilas y sin miedo
por el camino de las acacias
que llega a lo alto del cerro.
Las luciérnagas y los grillos las acompañan
con su dulce cantar estivalero,
la luna juega al escondite
entre las ramas de los árboles viejos.
Una estrella se corre en el cielo
y la madre le cuenta a la hija
historias de su infancia,
de sus veranos en el pueblo.
Rodeadas de naturaleza
las dos mujeres disfrutan del momento.
Bañado su cuerpo en plata
intentan después, conciliar el sueño.
Pilar Argés
SOBRE MI MADRE
Cuentan que en su juventud fue una mujer muy guapa, aunque mi memoria la recuerda cuando ya había perdido la tersura de su rostro y en sus manos empezaban a aparecer las huellas del tiempo y el trabajo. Aunque su corazón estuviera triste siempre se afanaba en mantenernos contentos y atendidos. Su verdadera belleza residía en su corazón.
¡Cómo me emociona pensar en aquellos día lejanos de mi niñez, cuando ella trajinaba en sus quehaceres mientras yo jugaba feliz ajena a sus preocupaciones y desvelos!
¡Con qué viveza aparecen en mi memoria aquellas tardes que transcurrían en su compañía, escuchando su cálida voz mientras me enseñaba a tejer!
¡ Ah, sus manos habilidosas para entrelazar los hilos, siempre tejiendo sin parar y nunca quietas, se fundieron con las mías en el último adiós, con un abrazo infinito y eterno que nada ni nadie ha conseguido romper!
No era mujer de escándalos ni de grandes alborotos, era dulce y suave, y todo lo envolvía de calidez.
Adoraba los momentos que compartía con ella conversando, haciéndole partícipe de mis éxitos, de mis fracasos, que fueron también los suyos.
Siempre tenía la palabra justa o el comentario apropiado que lavaba mis heridas
A medida que pasan los años puedo ver más claro su reflejo al mirarme en el espejo y por mucho tiempo que pase, siempre que algo bueno o malo pasa en mi vida, siento la necesidad y el deseo irrefrenable de contárselo y hasta puedo adivinar su expresión e imaginar su respuesta.
Pero pese a los años de ausencia, sé que ella está a mi lado siempre.
Una parte de mí intuye que existe un cordón umbilical que siempre nos mantendrá unidas, en la vida y en la muerte.
¡¡¡Gracias, madre, por esos treinta y nueve años de amor sin condiciones!!!
Autora: Pilar Argés
¡Gracias Pilar por responder a la invitación de escribir sobre las madres!
GRACIAS ANA, POR ESTA OPORTUNIDAD QUE ME DAS DE PUBLICAR MIS ESCRITOS. ME SIENTO FELIZ DE PODER PONER MI GRANITO DE ARROZ EN ESTE MERECIDO HOMENAJE A TODAS LAS MADRES
ResponderEliminarUN ABRAZO MUY FUERTE
¡Qué bonito! Pilar como siempre tan sensible y dulce, derrochando pura poesía. Un beso.
ResponderEliminarUna bonita poesía con un buen recuerdo de una buena madre de la que te llevó y te sigue llevando desde lejos.
ResponderEliminarSaludos, te he encontrado por El Hada de los cuentos
Las palabras cuando salen del corazón nos tocan a todos los que las escuchamos, precioso escrito, felicidades !!
ResponderEliminarUn beso enorme,
Una ternura de texto.
ResponderEliminarAbrazos muchos para vos y Pilar.
Feliictaciones a Pilar por abrir su alma y regalarnos estos textos tan sentidos.
ResponderEliminarBesitos para las dos.
Un homenaje a la madre lleno de ternura. El texto es una loa al recuerdo de una madre que se añora. Felicitaciones a todas las madres!!!11 Un saludo cariñoso de Begoña
ResponderEliminarMe gustó mucho el poema y el cuento,donde hay espacios en que todos nos encontramos.
ResponderEliminarPrecioso texto. Te felicito por la iniciativa de crear un blog participativo
ResponderEliminarGracias a todos por los comentarios! Sigue abierta la propuesta a los que quieran participar con textos relacionados a las madres o a quienes cummplieron ese rol
ResponderEliminarUn abrazo!
ay, me emocioné. Yo tengo a mi mamá, pero a veces pienso en el día que ya no estará (sí, sé que no tengo que pensar en eso, pero bueno). La parte que más me llegó es esta: "por mucho tiempo que pase, siempre que algo bueno o malo pasa en mi vida, siento la necesidad y el deseo irrefrenable de contárselo y hasta puedo adivinar su expresión e imaginar su respuesta."
ResponderEliminarCreo que siempre vamos a querer contarle todo a nuestra mamá, esté o no esté, es la primera que pensamos cuando pasa algo. Un saludo enorme. Hermoso poema!
Preciosa poesia!! Te felicito por la iniciativa!! Pronto vuelvo por aqui.
ResponderEliminarComo te hago llegar mi cuento?
ResponderEliminarun abraXo!