Surcos venosos en mis manos
ahuecadas sostienen lo sagrado
o entrelazan los dedos en un rezo
que implora al desierto torrencial lluvia
de líquido acumulado
Una protuberancia a punto de estallar
y en las violáceas ojeras un ruego impostergable
que se presente en cuerpo y alma lo esperado
Fuera de este brazo acordonado
el mundo es apenas una bruma
donde cualquier sombra es foránea
reconcentrada en mi centro
acuchillo en cada contracción al ego
Las venas exaltadas abren la piel
por donde transitará el porvenir
si vencen las fuerzas celestiales
el rojo agotamiento de los infiernos
Cul-de-sac donde se encuentran la muerte y la vida
se miden se rozan una va a quedar ahí tendida
como ave con sus huevos o leona con sus crías
es momento de piar o de rugir
de rescatar a mi animal o estoy perdida
Así, la madre antes de parir al hijo
Así, el creador antes de parir su obra
Muy bonito, Ana. Tus versos están llenos de fuerza.La experiencia de ser madre no se puede comparar con ninguna otra cosa. ¡Es única!
ResponderEliminarBesitos
No tengo palabras. Sólo puedeo decir ¡PRECIOSO! Un abrazo.
ResponderEliminarHermoso Tihadamadrina!!!!
ResponderEliminarmil besos.
Qué bonita comparación!!!
ResponderEliminarCreando vida, creando arte... Besos y un abrazo creadora de bellos cuentos e historias.
Thiada,gracias por tus comentarios,amiga.
ResponderEliminarUltimamente voy lenta,pero intento llegar a todos,no te olvido y aquí estoy...cerca de tu impresionante poema,que nos acerca a esa lucha interior,que es cielo e infierno...Esa lucha,que es metáfora del creador,que germina y madura su obra interiormente...con dolor,con constancia,con dudas y voluntad.El creador es padre o madre de su trabajo,que es obra, e hijo de su espíritu...Finalmente,también tu poema es homenaje a la cocreadora de la humanidad,a la mujer-madre,que siente en su interior los latidos del universo estallando en nuevas galaxias profundas y encendidas...
Mi felicitación por tu profundidad y tu amor a las letras,poeta y amiga.
Mi abrazo inmenso y mi ánimo siempre.
FELIZ SEMANA Y SÉ FELIZ.
M.Jesús