PIEDRAGUA Y ALQUIMIA

En el encuentro con el Otro se produce una transformación. Así lo siento después de haber realizado este Intercambio Creativo con
ADRIANA ALBA ¡Gracias Adriana!
Partimos de una idea, una forma, un elemento y el infinito nos espera. Las versiones y las conversiones son inacabables.


PIEDRAGUA

Cada hueso es una piedra
tallada a mano
tratada con ternura
pieza por pieza
garabatos de tiza
lo moldean

El niño crece
hendiduras profundas
se incrustan como tatuajes
a fuego impreso
y el niño se vuelve
Hombre de Piedra

Abandonado a su suerte
rejas pastizales
más allá de las vías
sin horizonte
se hunde en el fango
el Hombre Piedra

El río borra cicatrices
limpia suaviza
el torrente arrastra
lima las puntas
desgasta pule disuelve
hasta fluir etéreo
el Hombre Agua.
TIHADA

ALQUIMIA
Tres fueron los objetivos fundamentales que persiguieron los alquimistas. Por un lado intentaron la transformación de metales innobles, como el plomo y el cobre en metales preciosos, como la plata y el oro. Además, trataron de crear una sustancia que fuera capaz de curar todas las enfermedades. Finalmente se aplicaron a descubrir el elixir de la inmortalidad.
Todo se resumía en la búsqueda de la piedra filosofal, considerada como la única sustancia capaz de conseguir la transmutación, la panacea universal y la inmortalidad.
Elementos como el fuego, el aire, la tierra y el agua, entre otros, creaban sistemas simbólicos en sus infatigables trabajos.
Cuando el niño se vuelve Hombre de Piedra, se hunde en el río y borra cicatrices, de alguna manera sufre una transmutación. El agua también simboliza las emociones, el pasaje de un estado a otro, está dejando atrás un oscuro pasado para sumergirse en un mundo nuevo.
Creo que la profundidad y estética de ésta poesía se identifica con muchos de nosotros y con nuestro niño interno que siempre está esperando la oportunidad de ser acariciado por aguas vivificantes y curativas. Entonces…éste nuevo Ser se transforma en “Piedragua”.
Cada vez que tratamos de salir adelante en situaciones difíciles, de seguir transitando el camino a pesar de sus curvas, sus subidas y bajadas, se produce dentro nuestro la “Alquimia Divina”, se disuelven cristalizaciones, los viejos patrones que nos identificaban con el dolor, con ese hundimiento en el fango, con la desolación, desaparecen y el agua pura y cristalina de un luminoso amanecer fluye con esperanza en el Río de nuestra vida.
“Piedragua” es un ejemplo esclarecedor de una simbólica metamorfosis, donde los elementos actúan casi mágicamente para acompañarlo en un proceso de absoluta renovación.
El Hombre Agua, ahora brilla como el oro más puro, ese metal precioso, que sólo se encuentra después de muchas pruebas, filtros y destilados que pasaron por los alambiques de sus años vividos.
ADRIANA ALBA