La tía Amparo dice que tengo el sueño parecido al de mi papá.
– ¿Cómo sabés eso tía? -le pregunto.
– Porque tu mamá tiene el sueño liviano y tu papá el sueño pesado.
– ¿Y tus sueños tía?
– Ay… se adelgazaron con los años mi niña, pero siguen siendo color de rosa.
– ¿Y los del abuelo Ramón?
– Son sueños frágiles, pasados de moda.
– ¿Y mis sueños cómo son?
– ¡Gordísimos!
– ¿Por?
– ¡Porque estás noche y día soñando!
Tihada nunca terminaré de agradecer tu amistad te dejo la mía y todo mi cariño querida hada de las letras.
ResponderEliminarBesitos y abrazos de Navidad
Hola Ev! Yo escribiendo en tu blog y vos en el mío al mismo tiempo! Así empezó nuestra amistad, con el milagro que significa la sincronicidad!
ResponderEliminarVos has sido durante estos meses el hada madrina que me dice al oído "seguí adelante".
Mil gracias!!!
Abrazos!!!