24 de marzo
Día Nacional de la Memoria
por la Verdad y la Justicia
Un cuento sobre el derecho a la identidad
Nació mi nombre
En el pueblo Sin Nombre todos se
conocían y se mencionaban unos a otros diciendo: vos, nena, chico, verdulero,
hijo del carnicero, la chica que vive frente al semáforo, la que camina con
tranco de alambrador, la viuda del de la nariz torcida.
A medida que el pueblo fue creciendo
empezaron las confusiones. Cuando pusieron tres semáforos una vecina le comentó
a otra:
– ¿Sabías que la chica que vive frente
al semáforo…?
– ¿A qué semáforo…?
– El que está a la vuelta de la
carnicería.
– ¿De cuál carnicería?
– ¡Estoy hablando de la chica que vive
frente al semáforo que está a la vuelta de la carnicería, de la que está
enamorado el chico que vende pan! -contestó furiosa la vecina porque no la
comprendían.
La noticia de tener un enamorado llegó
a todas las chicas que vivían frente al semáforo y tenían una carnicería cerca.
– ¿Sabías que el que vende pan está
enamorado de vos?
– ¡No, de vos!
– ¿De mí?
– ¡No, de ella!
Once jóvenes hermosas salieron a
recorrer las tres panaderías y ese día
se vendió más pan que el acostumbrado. A las primeras once se le agregaron
otras once, que vivían a media o una cuadra de los semáforos porque les llegó
la noticia que “el que vende pan está enamorado de una señorita que vive por la
zona del semáforo”. Todo el pueblo está en “la zona” de alguno de los tres
semáforos, así que la tranquilidad pueblerina se convirtió en un alboroto
cuando todas las jóvenes salieron en busca del enamorado.
Los chicos que vendían pan tomaron
diferentes actitudes:
Los que estaban enamorados y se
sintieron cohibidos no dijeron una palabra.
Los que no estaban enamorados, pero se
sintieron halagados ante tantas bellezas se peleaban por ser el elegido: “el
chico de la panadería enamorado soy yo”. “No, soy yo, tengo de testigo a todos los vecinos que me han visto pasar por
los semáforos”. “El que pasa diariamente por el semáforo soy yo y deseo que
esté rojo muchas horas para ver salir a mi amada”.
A los panaderos se sumaron otros
jóvenes -y no tan jóvenes- que buscaban novia y aunque hasta ese momento
trabajaban ordeñando vacas o de payasos en fiestas infantiles, cambiaron
rápidamente de oficio y se ofrecieron para trabajar en las panaderías, en
algunos casos sin recibir pago, ¡porque hallar el amor no tenía precio!
El conflicto era cada vez mayor. Tuvieron
que llamar al Juez que, por suerte, era uno solito que había llegado a aquel
lugar tranquilo para no tener pleitos en su profesión. El juez después de
escuchar cientos de comentarios y testimonios llegó a una conclusión:
– Las posibilidades de encontrar la
pareja de enamorados está entre unos cincuenta jóvenes y otras tantas
señoritas, ¡una cuestión imposible de resolver! Desde hoy dispongo que para
evitar nuevas complicaciones, llamemos a cada uno por su nombre.
El juez que era muy práctico los puso a
todos en fila y los identificó:
Trenza Semáforo.
Flequillita Semáforo.
Orejota Semáforo.
Y así siguió la lista, cada una con su
nombre y apellido Semáforo.
A los caballeros los bautizó:
Chueco Panadero.
Rubio Panadero.
Narigueta Panadero.
Y así siguió la lista, cada uno con su
nombre y apellido Panadero.
La cuestión se aclaró. Había muchos
Panadero y muchas Semáforo, pero una sola “Pequitas Semáforo” y un solo
“Sonámbulo Panadero”.
Prosiguió el Juez con sus indicaciones:
– Desde ahora en adelante, cualquiera
que nombre a otro lo debe identificar con su nombre y apellido. De esta manera
se previenen malos entendidos.
Y tac, toc, toc, toc, tac….puso sellos
allá y acá, ¡lo que les costó un alto precio a las Semáforo y a los Panadero!,
pero como eran muchos lo pagaron entre todos y el juez tuvo la esperanza de que
nuevos pleitos surgieran.
Con el tiempo hubo cada vez más nombres
y más bellos que los que puso el juez porque
surgieron de momentos mágicos que en el pueblo Sin Nombre se cuentan
así:
Una
madrugada nació esta linda morena
de ojos grandes. Por la ventana su mamá
veía las flores mojadas por la humedad. Los ojos de la mamá también se
humedecieron entonces los árboles y el paisaje entero recibieron gotitas de ese
amor materno. La mamá, al ver cómo las gotas iban y venían de sus ojos grandes
a la tierra, de la tierra al cielo… sintió una emoción que se hizo palabras y
le habló al oído a su pequeña:
– Desde hoy todos te conocerán por tu nombre
Rocío del Cielo.
Así fue como la linda morena y otras
niñas y niños comenzaron a tener nombres con historia, como te pasa a vos y me
pasa a mí. Una historia que quiere salir cuando te nombran: Carlos, Mariana,
Pablo, Pilar…una historia que podés contar.
Para ver el vídeo que hicimos con Sandra Luz y Pilar seguir el enlace:
Està genial! Es un cuento precioso.Gracias por compartir. Un beso.
ResponderEliminarAna, como siempre un trabajo fantástico. Me ha encantado el cuento. Lo utilizaré con mis niños cuando volvamos a trabajar los derechos de los niños. Un abrazo.
ResponderEliminarHOLA
ResponderEliminarVENGO DE BLOGS AMIGOS, PASEANDO COMO HAGO SIEMPRE PARA APRENDER, ENRIQUECIENDO EL CONOCIMIENTO, ES LO QUE MÁS ME GUSTA... ADEMAS DE ESCRIBIR QUE ES MI PASIÓN.
TU CUENTO ES PRECIOSO Y ME RECUERDA A MI BLOG NIÑA BELLA EN EL QUE PUBLICO UN POCO DE TODO DEDICADO A LOS NIÑOS: POEMAS, CUENTOS MIOS, CUENTOS CLÁSICOS...
ME QUEDO POR ACÁ, TE INVITO A MI BLOG PRINCIPAL
lujanfraix.blogspot.com
O AL DE NIÑOS
lujanfraixrecuerdos.blogspot.com
AHORA TENGO LOS COMENTARIOS CERRADOS POR CANSANCIO, PERO YA VOLVERE.
BESO
Bienvenida Luján!!! Con gusto pasaré por tus blogs a leer!!! Y por supuesto a seguirlos!
EliminarUn abrazo!
¡¡Que preciosidad de historia!!
ResponderEliminar"Con el tiempo hubo cada vez más nombres" ¡Vamos por los que faltan!! Hermosa historia Ana Gracia! Besosss
ResponderEliminarTal cual Marcela querida, por más nombres, por los que faltan!!!
EliminarUn fuerte abrazo!!!
Hola, buenos días, me gustaría utilizar tu cuento para enseñar a los niños sobre la identidad, esto a través de una serie de cuadernillos que estamos elaborando en nuestra provincia. Gracias.
ResponderEliminarHola! Disculpá que no te he respondido antes, porque no vi los comentarios. Por supuesto que podés usarlo, están para multiplicar en las escuelas, mencionando el blog y autoría.
Eliminar¿De dónde sos? En otras entradas te ha interesado los textos para leer/representar con los alumnos, me encantará saber cómo les fue, las creaciones del grupo, que compartas la experiencia. Gracias, un placer!