Si disfrutás leyendo un cuento y por eso estás acá
entonces cualquiera sea la edad que dicen que tenés
la esencia de tu niñ@ está viva
celebro eso y en este día te dejo un regalo envuelto en letras
Título:
La lechuza que, como se sabe, sus ojos grandes revelan su sabiduría les indicó el proceso para transformarse unos en otros, un secreto que sólo lo develó porque a los leones no se atrevió a ocultarles sus conocimientos, pero les hizo prometer que ninguna otra especie podía saber el secreto porque sería un verdadero inconveniente si todos cambiaban su identidad y nadie acabaría sabiendo quién es quién en este mundo.
– Deben proceder tal cual les expliqué, durante la primera Luna Nueva de primavera. Cuando amanezca los leones serán ratones y los ratones, leones.
– Una pregunta -dijo uno de los leones que no estaba muy convencido de ser ratón- ¿cómo hacemos para volver a nuestra originaria condición?
– Una pregunta muy precavida -dijo la lechuza- porque no siempre se puede volver atrás luego de tomada una decisión…pero en este caso sí. Hay una forma.
– ¿Cuál?, ¿cuál? -preguntaron ansiosos al mismo tiempo leones y ratones porque todos querían tener el beneficio del arrepentimiento.
– Cuando alguna persona o animal les pise la cola, en ese mismo instante regresarán a su originaria naturaleza.
Los leones estuvieron un momento discutiendo entre ellos y los ratones hicieron lo mismo. Finalmente todos decidieron arriesgarse y vivir la experiencia de un cambio tan singular.
Durante las primeras semanas todo fue novedad. Los ratones en su condición de leones disfrutaron enormemente estar sentados en los tronos, mirar desde arriba, ser agasajados, caminar lo más campante entre los animales de la selva sin que nadie los molestara e incluso se burlaban al ver cómo se escondían los demás cuando escuchaban sus pisadas. Si querían ir a beber agua todo el río estaba a su disposición, si deseaban tirarse al sol los otros animales se iban a la sombra y ellos solos disfrutaban el calor. Los nuevos leones decían:
– ¡Yo no pienso volver a ser ratón jamás!
– ¡Ni yo!
– ¡Yo tampoco!
En cuanto a los leones transformados en ratones, vivieron una experiencia que les resultó muy divertida, pasar entre los pies de la gente o dormir cerca de la cucha del perro sin ser vistos. Salir especialmente de noche y conocer un mundo fascinante en las cuevas, pasadizos ocultos debajo de la tierra, ver y oler de cerca los hormigueros, meterse dentro de los caños donde tenían construidas sus viviendas. Todo lo que conocieron en miniatura jamás lo hubieran podido visitar con el cuerpo de un león. Les encantaba curiosear los dedos y las piernas de las personas debajo de las mesas, pasar por entre las camas y meterse en los roperos y estar al tanto de las noticias por alimentarse con papeles de diarios.
Pero en la naturaleza un cambio produce otro y eso no lo tuvieron en cuenta cuando llevaron adelante el hechizo. Nadie supo explicar porqué las aguas del río Manso, que siempre se habían entregado a los animales y a las personas con igual amabilidad, despertaron una mañana con furia y se salieron de su recorrido para meterse entre los campos, las casas, el ganado y la selva.
– Parece que algo no le agrada a las aguas -decían los pájaros que miraban todo desde sus altos nidos.
Fue entonces cuando los ratones quisieron volver a ser leones porque sus cuevas se habían inundado, andaban flotando con el riesgo de morir y si se refugiaban en las viviendas había veneno por todos lados.
En cuanto a los falsos leones se sintieron atormentados con las continuas consultas que les hacían los animales y, como no tenían experiencia para ordenar y organizar esta situación caótica, el resto de los animales estaban desconcertados y por toda la selva se escuchaba:
– Los leones no son los de antes -decía una Urraca vieja.
– No saben ni de qué lado sopla el viento, no saben, no saben… -repetían los loros.
– Vamos a morir lentamente -cuchicheaban las tortugas.
– ¡No podemos seguir teniendo reyes que no toman ninguna medida! -comentaban los zorros.
– ¿Se dieron cuenta que están aterrorizados? -sacaba la lengua una serpiente.
La situación cada vez se ponía más intolerable, tanto para los farsantes leones como para los ratones embusteros. Entonces recordaron que para volver a su estado natural debían pisarles la cola. Y aquí empezó otro problema, los leones no encontraban quién se atreviera a semejante ofensa y los ratones hallaban muchos dispuestos a pisarlos, pero no en la cola ¡en la cabeza! Ninguno quería arriesgar pasar cerca de un zapato, una escoba o de la pata de un gato. Ante semejante encrucijada fueron a pedir a la lechuza que les diera la solución. Ella los escuchó sin pestañear y les dijo:
– Ustedes quisieron vivir esta historia, ustedes la resuelven.
Pero al verlos marcharse con las colas entre las piernas, tristes y desconsolados, tuvo cierta compasión y una idea les sugirió:
– Ah, necios, tiene patas, tienen colas y no saben usarlas. Si se miran entre ustedes la solución van a encontrarla.
No se sabe si fue un león o si fue un ratón el que primero la cola al otro pisó y así regresaron a gozar de su inicial existencia, porque una cosa es transformarse y otra olvidar la esencia.
Y el río Manso volvió a dormir en su cauce.
¿El título del cuento?
Ah, me olvidé
A ver... a ver ...
Detrás de un ratón puede haber un león
Pisame la cola y sabrás quién soy
El río es Manso si nadás el Ser
En el caos ¿un león es ratón o un ratón es león?
En el caos ¿un león es ratón o un ratón es león?
¿Y vos qué título proponés? Atrevete en este día (y mañana también) porque si hay algo que sabe un/a niñ@ es crear jugando
¿Ratón o león?, esa es la cuestión.
ResponderEliminarGracias amiga!!Disfruté mucho leyendo tu cuento.
FELIZ DÍA!!!!
Besitos.
Hermoso cuento Tihadamadrina, esta bueno cambiar por un tiempo de traje jajaja, para entender un poquito más sobre las dichas y desdichas de los otros, y poder convertirlas en oportunidades solidarizándose.
ResponderEliminarEn cuanto al título...ya te imaginarás cual elegí......jajaja
El río es Manso si nadás el Ser
Besosos y Feliz Día!!!
¡Fantástico! Un cuento del que se puede sacar mucho. Me encantó su lectura. Le dejo archivado para contarlo a los niños cuando vuelva a clase. Gracias, guapa
ResponderEliminarUn besito, grande y fuerte, como el de un león, jejeje
Un cuento precioso, Tihada. Yo también se lo contaré a mis niños en septiembre. Me quedo con el primer título, seguro que ellos lo entenderán mejor. Un abrazo.
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