sábado, 19 de diciembre de 2009

Segundo Experimento-frasco multicolor: INTERCAMBIOS

Con la abuela miramos por la ventana, vemos alejarse el auto de papá y gritamos a coro:
– ¡Intercambios!
La abuela lo primero que larga es el bastón, a cambio yo le tengo que dar los patines. El bastón es un buen caballo para andar por la casa y lo disfrazo con ropa de mamá o papá. Si alguien toca timbre con la abuela nos miramos y se asoma el bastón que muy campante dice:
– Hoy es día de intercambios, no estamos para atender ni cobradores ni visitas.
La abuela se pone los patines en las manos y de rodillas anda a toda velocidad por la casa. Bruumm, brummm, juega a los autitos chocadores, ¡y más vale que me corra, porque le deja moretones a las paredes y ella no se hace ni un rasguño!
– ¡Intercambios! -gritamos.
Y hacemos cambios de delantales, ella me da el de cocina y yo el de la escuela. Le queda medio apretado y la tela cruje pidiendo auxilio. Ella salta por los sillones, hace pasitos cruzando los pies mientras recita:
– A B C D E F …-hasta la Z no respira.
Después coloca a los muñecos en fila y canta:
– “Al don, al don al don pirulero; cada cual cada cual atiende su juego…”
Yo reviso la heladera y la alacena, saco todo lo que hay y pienso qué comida se puede preparar mezclando todos los ingredientes. A veces sale un rico guiso con trozos de galletitas dulces; otras veces empanadas rellenas con gelatina.
– ¡Intercambios! -el último que nos queda antes que aparezcan los aguafiestas.
La abuela me da lo que más me divierte: su dentadura postiza. Me la cuelgo de la nariz o de las orejas y me convierto en un monstruo de dos bocas. La manejo con una mano como si fuera un títere puro diente. Converso mucho rato con las muelas y cuando opinamos distinto nos mordemos con gusto.
La abuela se pone todas mis hebillas, las pulseras, aros, pinturas, los prendedores con muñequitos. Ella se hace dos colitas y se pasea por toda la casa con los auriculares, bailando al compás de la música y dice:
– Soy la bella quinceañera sin dientes.
Cuando llegan mamá y papá todo está como debe estar: la abuela sentada, medio tembleque y con el bastón en la mano. Yo mirando tele. Y las dos sonreímos pensando en el próximo intercambio.

5 comentarios:

  1. me encantó ese cuento. quizás porque ya soy abuelay está bueno cada tanto cambiarse los roles. un cariño grande tihada

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  2. me encantó ese cuento. quizás porque ya soy abuelay está bueno cada tanto cambiarse los roles. un cariño grande tihada

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  3. Hola Amalia! Qué bueno recibir tu visita y tu comentario! Gracias!
    Vos sos una abuela que sabe mucho de intercambios!
    Estas historias estarían felices de salir del blog y meterse en tu valija a recorrer bibliotecas y salitas y...
    Beso y abrazo!

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  4. HERMOSO Y REAL111¿ Quién no se transforma con esos enanos que la vida nos regala?

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    1. Qué lindo comentario Liliana... Un fuerte abrazo y feliz día!!!

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